jueves, 5 de marzo de 2015

Chicharrín, el Sargento Pistolas y su creador

Armando Guerrero Edwards vivió 92 años y su presencia en la caricatura fue tal, que durante setenta años publicó Chicharrín y el sargento pistolas, domingo a domingo en el diario Excélsior.
Este artista del lápiz ejerció su oficio durante siete décadas, a los veinte años ya estaba haciendo monos, al ganar un concurso convocado por el periódico El Universal, y de ahí nunca se detuvo.
Estuvo en la revista Fantoche, dirigida por Ernesto García Cabral; también participó en Sucesos para todos, e hizo una historieta muda llamada EGA, con sus iniciales al revés.

























Con un desenfadado estilo, creo a un par de personajes clásicos del la historieta mexicana: Chicharrín, un niño travieso, y el Sargento Pistolas, un militar abusivo y manipulador. Son personajes que trascienden, con un humor blanco, despolitizado, a veces machista, a veces inocente.


Armando Guerrero Edwards obtuvo numerosos reconocimientos a los largo de su vida: en 1935 ganó el primer premio en un concurso de carteles; en 1971 el Circulo de Tlacuilos de México le concedió una mención honorífica; en 1975 recibió un diploma en la Exposición Nacional de Caricatura Deportiva.

En 1976 obtuvo el “Huevo de Onix”, del Club de Caricaturistas; en 1978, el gobierno del estado de Hidalgo lo homenajeó con una charola de plata y un diploma.
En 1994 la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, de la que fue fundador, le otorga el Premio a la Trayectoria Artística.
Falleció un año después, el 26 de septiembre de 1995 en la ciudad de México.
Hace poco más de diez años, publiqué el libro Guerrero EdwardsImagen y perseverancia (2003); y, tiempo después, ese mismo texto se reprodujo en el libro Póquer de ases. Caricaturistas del Estado de Hidalgo (2009)


lunes, 2 de marzo de 2015

El alcalde no tiene la culpa, sino a los que baja los calzones

La crisis de los partidos y de los políticos es cosa de todos los días. Los candidatos que nos presentan las organizaciones políticas distan mucho de presentar  a gente profesional y, sobre todo, honorable.

Las rifas de la PRI-eta (MORENA), la candidatura de Car-mensita Salinas o las ratería de los decrépitos jóvenes verdes, son una muestra de  esta decadencia.
Este domingo, en San Blas, Nayarit, un patán electo como alcalde de esa región,  miembro del Comité Ejecutivo del Sindicato del ISSSTE.

Me pregunto quién es responsable de que un tipejo como este realice una fiesta que cuesta quince millones de pesos (el presupuesto anual de seguridad para el municipio es más o menos eso), y en el templete levante la falda a la chica con la que bailaba.
Este tipo se hizo famoso por su frase: "Si robo, pero sólo un poquito" y aún así fue electo alcalde de ese municipio. Aún asíl una corrupta, sin duda, organización internacional, le nombró "Alcalde del año" (¡Hagame el rechiflado favor!) 

La Fundación Global Quality Foundation nombró “Alcalde del Año 2014” a Hilario Ramírez Villanueva, “El Layín”, quien confesó durante sus actos de campaña rumbo a la presidencia de San Blas, Nayarit, haber robado “nomás poquito” dinero público durante su anterior administración.

El nombramiento se le otorgó por su “trayectoria, trascendencia, influencias, y proyección”, “El Layín” fue premiado por ‘la excelencia alcanzada en el desempeño de su labor’, sobre todo, su capacidad de comunicarse con la gente y su habilidad para transitar de candidato triunfante por el PAN cuando por vez primera fue alcalde del puerto, y ahora como candidato independiente en que volvió a ganar.
Alcalde del año o ¿del ano? o ¿del daño?
Fundada en Nueva York, la Global Quality Foundation reúne a miembros de 36 naciones, así como instituciones y empresas de todo el mundo, ha entregado reconocimientos a presidentes y personajes destacados como el magnate Carlos Slim, Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes; Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de la Defensa Nacional, entre otros.

Echamos culpas a los políticos, a los partidos, falta, no echar culpas sino analizar que hace que la sociedad mexicana vote por tipejos así en vez de botarlos.

No hay duda, no tiene la culpa el indio, sino al que le bajan los calzones.  


domingo, 1 de marzo de 2015

Huici, otro caricaturista olvidado

El 8 de septiembre de 1981 falleció uno de los animadores de la caricatura mexicana. Alberto Huici que tenía por entonces 52 años.
            Autodidacta de la caricatura, Huici estudió contabilidad e ingreso al mundo del humor gráfico siendo casi un niño. Tenía 15 años cuando ya publicaba en Don Timorato, la revista más importante de esa década, firmando como De la Torre,
            Comenzó a colaborar en otra importante revista: Ja-já. Síntesis del humorismo mundial,  y luego en La Afición, el diario decano de deportes; en 1950 comenzó a publicar en la casa Excélsior, a través de Jueves de Excélsior, donde permaneció por muchos años, pero al  mismo tiempo participó en revistas como Claridades. Siete, Hélice, y La Balota.
            En 1952 se fue a radicar a Estados Unidos buscando nuevos horizontes, colaboró en diarios de Los Ángeles y Nueva York, fue miembro de The Nacional Cartoonist Society.
Presidente y fundador del Club de Caricaturistas de México; miembro de la Sociedad Mexicana de Dibujantes, que editaba Tlacuilo, donde también colaboró. Fundador de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas.
            Viajero incansable, anduvo por todo el mundo y participó en diversos concursos: obtuvo varios galardones, el más importante fue el Primer Premio en el Salón Mundial  de la Caricatura en Skopje, Yugoeslavia, en 1974. En 1960 había obtenido el trofeo Radio Mil.
            Trabajó En la versión mexicana de Interviú, realizando una página entera; en sus últimos años hizo la “Semana según Huici”, en Jueves de Excélsior.

Un año después de su muerte, en estados Unidos le rindieron un gran homenaje, la Universidad de Columbus organizó una exposición conmemorativa de su vida y obra, y en México, el Instituto Politécnico Nacional hizo lo propio.

Lizardi y el Mono vano

José Joaquín Fernández de Lizardi, el Pensador Mexicano, jugó un papel tan importante, como el propio Hidalgo, ya que sentó las bases de lo que es la cultura mexicana, a través de su obra literaria, periodística y pedagógica, por señalar tres de los campos más importantes de su vasto trabajo intelectual.
            La repercusión del momento político de ruptura con el orden colonial tomó cuerpo y forma en los pensadores americanos. Uno de ellos, Fernàndez de Lizardi, asumió, inclusive, el seudónimo de El Pensador Mexicano, y emprendió un misión ejemplar en el trabajo intelectual que desarrolló:
            Yo soy un escritor y tengo alacena de papeles y, por lo mismo, cuando se verifican las propias ventas, lo debo resentir primero y con doble motivo; pero estamos en el caso de ser útiles a nuestros semejantes, prefiriendo el bien público al privado.

Una de las fábulas que escribió, fue dibujada por José Mariano Torreblanca. Se trata de El mono vano, una imagen tan contemporánea, en el texto y el dibujo, que acá se las comparto



EL MONO VANO
 Mono presumido 
que en palacios se crió,

a los bosques huyó
de sus mejores ropas revestido.

Se presentó a los monos

haciendo cortesías
con dos mil monerías
y hablando con ridículos entonos.

Al pronto, ante su vista,

los monos se aturdieron.
-¿Quién será éste? dijeron:
¡Júpiter con sus rayos nos asista!.

Mas poco a poco el susto

se les fué disipando;
fuéronsele acercando
y lo reconocieron a su gusto.

-¿Qué es esto, compañero?

un mono le decía;
y el vano respondía: 
-Háblame como se habla a un caballero.

Advierte, desdichado,

que de la mona gente
soy yo muy dliferente,
porque soy hábil, rico y bien plantado.

En medio de este entono.

hizo cierta cabriola;
se le salió la cola,
y todos le dijeron: -Eres mono.



Eres mono, aturdido,
y mono como todos;
aunque por raros modos .
te quieras disfrazar con el vestido.

Con igual desenfado,

lo mismo diré yo
al rico que creyó
que no es igual al pobre desdichado.

De un padre descendemos;

mil pasiones sentimos;
enfermamos, morimos
todos, y ser iguales no queremos.


Historia de la caricatura en México en diez horas


Taller de caricatura mexicana en el Cenidiap

  • Impartirá el investigador Agustín Sánchez González
  • Los días 3, 5, 10 y 12 de marzo serán las sesiones

Para la mayoría de la gente, los nombres de Constantino Escalante, Santiago Hernández y José María Villasana, entre otros, son desconocidos, a pesar de que representan la edad de oro de la caricatura mexicana, es decir, la que corresponde a la época presidencial de Benito Juárez.

Lo anterior fue expresado en entrevista por el investigador Agustín Sánchez González, quien impartirá los días 3, 5, 10 y 12 de marzo, de las 11:00 a las 13:30 horas, el taller Historia de la caricatura en México. De La Tiranía de Linati al Rey Chiquito de Trino, en el Salón de Usos Múltiples del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). La actividad no tendrá costo, pero el cupo es muy limitado.

Agustín Sánchez González aseguró que la caricatura ha alcanzado mayor notoriedad con el transcurso del tiempo. En la búsqueda del conocimiento de este arte, la idea del taller es tratar de analizar el tema desde el punto de vista técnico y estético, así como del impacto que tiene en la vida diaria, para hacer un recuento histórico desde sus orígenes hasta nuestros días, explicó.

El también autor de más de 30 libros “que reflejan lo mismo la alegría por la vida, a través de una historia dedicada a Cri-Crí, que el malestar social expresado en el humor”, aclaró que no siempre ha existido la caricatura mexicana, en términos académicos, pues se le confunde con el dibujo satírico. Ambos géneros son muy diferentes entre sí, consideró.


Sánchez González, historiador formado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que la caricatura está relacionada con los medios de comunicación y la difusión masiva, mientras que los dibujos satíricos son de índole privada y no tienen impacto social.

La primera caricatura que se reconoce como tal se llama La Tiranía, atribuida a Claudio Linati y aparecida en la revista El Iris, en abril de 1826, informó el especialista en la obra de José Guadalupe Posada y Gabriel Vargas. Las primeras caricaturas se dieron a conocer por medio de litografías y, de hecho, los más grandes caricaturistas mexicanos son, a la vez, grandes litógrafos, señaló.

La segunda mitad del siglo XIX, en la época del presidente  Juárez, “es la etapa de oro de la caricatura en México. En estos años, aparecen las mejores caricaturas, desde el punto de vista estético, político y cultural”.

El investigador del Cenidiap, que ha impartido más de cien conferencias en diferentes espacios culturales de México y España, explicó que en el taller también se dará un espacio a la caricatura realizada durante la Revolución Mexicana. Lo mismo se hablará de obras a favor de Porfirio Díaz que en contra de la propia contienda civil, pero en ambos casos se mostrará que contienen gran calidad estética.

Además de que se aborde el trabajo de Miguel Covarrubias, Marius de Zayas y Ernesto Guasp, entre otros, durante el taller se dará a conocer por qué los tres grandes caricaturistas mexicanos son Constantino Escalante, Santiago Hernández y José Guadalupe Posada.

Agustín Sánchez González recordó que la palabra caricatura proviene del latíncarricare, que significa recargar o exagerar. “Una buena caricatura debe ser inteligente, contar con trazos estéticos de calidad y ser entendible para cualquier persona, pero a la vez ser crítica y responsable”, aseguró.

También debe ser seria y disfrutable para evitar situaciones embarazosas. El caricaturista, si quiere hacer una crítica feroz, debe hacer trazos geniales y referencias a lo que quiere decir sin caer en la vulgaridad. Por ejemplo, José Clemente Orozco, el gran muralista, fue uno de los caricaturistas más ácidos y contundentes que hayan existido en México, agregó.

Informes e inscripciones en la Coordinación de Difusión del Cenidiap, al teléfono 4155 0000, extensión 1122, y en el correo coyauqui@yahoo.com.mx

miércoles, 25 de febrero de 2015

La historia de la historia de la caricatura

Un texto que publiqué en La Jornada Semanal, el 22 de octubre de 2006.


Agustín Sánchez González

La historia de la historia de la caricatura


Algunos de los personajes de La familia burrón de Gabriel Vargas
Hasta hace un cuarto de siglo parecía que a nadie importaba el estudio de la caricatura, luego de que a mediados del siglo XX se dio un movimiento con la publicación de una serie de libros hoy convertidos en clásicos y prácticamente imposibles de conseguir, como el de Rafael Carrasco Puente, La caricatura en México (1953), el de Manuel González Ramírez, La caricatura política (1955), y el de Salvador Pruneda, La caricatura como arma política (1958) que reimprimió en 2002 el inehrm, así como los libros de José Guadalupe Zuno (entre 1959 y 1960). Después de ello, sólo Rius retomó ese tema.
Pero en los últimos veinte años la caricatura ha comenzado a tener una mayor presencia en los estudios, tanto académicos –en centros de investigación de todo el país– como periodísticos.
Las investigaciones se han plasmado en obras importantes. Un caso que lamentablemente parece haberse truncado es la colección del círculo de arte, del cnca, que llegó a publicar cinco títulos dedicados a grandes personajes de la caricatura: Posada. Un artista en blanco y negro; José María Villasana, Constantino Escalante, Manuel Manilla; y, además, La caricatura en el siglo XIX.
Asimismo, el cnca publicó hace seis años otro importante libro: Historia de un país en caricatura, realizado por Rafael Barajas, el Fisgón. De este caricaturista-investigador, el fce acaba de publicar su libro El país de los ahuizotes.
Otro trabajo sobre el tema fue la publicación, en 1987, de los dos tomos 70 años de caricatura en El Universal, que este diario regaló a sus suscriptores. Y aunque en sentido estricto no sea sobre la caricatura, en 1998 comenzaron a publicarse los tres tomos de Puros cuentos, de Armando Bartra y Juan Manuel Aurrecoechea, dedicados a los cómics, género hermano de la caricatura y en donde han participado varios caricaturistas. (En la revista Artes de México, en 1972, hubo un primer acercamiento.)
En cuanto a la investigación, en 1997 se publicó el Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura en México, del que urge una reedición que corrija innumerables errores y algunas ausencias notables, como la de Marius de Zayas.
La lista de publicaciones es extensa; va desde los trabajos de Emma Helia Bonilla, en los Anales de investigaciones estéticas, o de Esther Acevedo sobre las obras sobre Manilla y Posada, y el de Mercurio López, pasando por los excelentes facsimilares de varios periódicos del siglo XIX, como Gil Blas, La Carabina de Ambrosio, Tío Nonilla o El Padre Cobos, que publicó el Senado de la República en 2000; o el de El Coyote, de la Sucesión Cortina del Valle, en 1999. También en este rubro la lista es muy larga, con autores como Thelma Camacho, Sylvia Navarrete, Antonio Saborit, o los libros de Abel Quezada, que prologó Alfonso Morales, etcétera.
En los últimos diez años, además de Rius, que es un fenómeno editorial, otros moneros han publicado buen número de libros, algunos poco agraciados, comoHistoria del humorismo gráfico en México, de Apebas, publicado en España y que resultó una copia del folleto informativo, bastante elemental, del Museo de la Caricatura.
En cuanto a estudios universitarios, en una bibliohemerografía de la caricatura en México realizada en el cenidiasp del inba, inédita, hemos registrado cerca de treinta tesis de diversos grados y de varias escuelas y facultades, tanto de la unam como de la uia y otras universidades.

Revista Tu-Tan-Kamen
Los más importantes museos mexicanos han cedido su muros a la caricatura, como el Museo Tamayo con la muestra Abel Quezada. Dibujante; el mam con El mejor de los mundos posibles, de Abel Quezada, y Aire de familia. La Colección de Carlos Monsiváis; el munal con La litografía mexicana del siglo XIX Posada y la prensa ilustrada: signos de modernización y resistencia; el Museo Carrillo Gil con sendos homenajes a Orozco y a Miguel Covarrubias, y el Museo Mural Diego Rivera ha presentado la obra de Posada y de Manilla. En 2005 el Museo de Historia Mexicana, de Monterrey, realizó un exposición-homenaje a David Carrillo, que a los ochenta y cinco años de su edad sigue haciendo caricatura, y este año dedicará otro a Abel Quezada. La lista no es completa pues el espacio no lo permite, pero ello nos muestra el nivel de excelencia que ha ido alcanzado la caricatura. En 1984 la unam también organizó la muestra Humor y Política, en 1994 y, finalmente, está la exposición permanente La caricatura en la historia; historia de la caricatura, en el Museo de la Caricatura, donde se han dado muestras importantes como la de Las moneras llegaron ya, que es la primera en el mundo que rescató la obra de las mujeres caricaturistas; La ilustración periodística de Carlos Neve y los homenajes a caricaturistas como Ernesto Guasp, Alberto Isaac, Guerrero Edwards y Gabriel Vargas.
Éste último, el genial creador de La familia Burrón, ha sido objeto de diversos homenajes por parte de la Cámara de Diputados, la Asamblea Legislativa del df, el Seminario Mexicano de Cultura y la Feria del Libro de Guadalajara. En esta última, desde hace cuatro años se lleva a cabo el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, donde se ha privilegiado más a los autores y a la historieta, sin que haya una presencia académica acorde al nivel de una feria de esa envergadura, ni estudiosos que tengan una obra sólida al respecto, lo que es una verdadera lástima. Al mismo tiempo se ha entregado el Premio de Caricatura La Catrina a cuatro grandes: Aragonés, Quino, Rius y Gabriel Vargas.
En donde ha habido un importante retroceso es en cuanto a las revistas de humor con circulación nacional, pues hoy prácticamente no existe ninguna, luego de que hace pocos años circulaban El Chahuistle, El Chamuco, Chocarreros, Rhumor, La ley de Herodes, Lapiztola y Anfitrión,así como el periódico Al Tiro.
Otras actividades importantes han sido a través de cursos y ciclos de conferencias, como la realizada en el Instituto José María Luis Mora, o en el Museo de Historia Mexicana de Monterrey.
El uso del ciberespacio comienza a ser utilizado por los caricaturistas. Un sitio como cartonista.com, contiene buena información tomada en su mayoría del Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura en México.Existen también varios blogs con información de moneros, lo que permite un acercamiento a su obra. Finalmente, hay que señalar los libros multimedia, como el de José Guadalupe Posada.
Es claro que no es un recuento exhaustivo, es sólo una aproximación de lo que ha sido la caricatura en los últimos veinticinco años, lo cual, por cierto, no es poca cosa.

La vergüenza que merecemos: una momia convertida en estatua


Aun cuando se manipuló en muchos sitios el breve discurso de González Iñárritu acerca del gobierno que merecemos, al enterarse de noticias como esta no puedo dejar de pensar en el pesimismo acerca de este país.

Joaquín Gamboa Pascoe es un caso patético, como de muchos "líderes sindicales": jamás pisó una fábrica (bueno, sí, las suyas como empresario), y sin embargo es el secretario general de la Confederación de Trabajadores de México.
Abogado laboral, se vinculo a Fidel Velázquez ya la muerte de los viejos dirigentes se fue colando hasta encumbrarse y, sin mucho ruido, permanecer en una organización anquilosa que sólo sirve para aplastar al ya de por si aplastado movimiento obrero (del que nadie se acuerda ya, por cierto)

Institución histórica que, como el PRI mismo ha sido pilar de control en la vida sindical y política mexicana, que ha servido de modelo, incluso a la oposición que se ha convertido en caricatura de la CTM (Agustín Rodríguez en STUNAM, Hernández Juárez con lo telefonistas o Martín Esparza en el SME, por citar tres ejemplos)

Cuando alguien se pregunta porque este país es lo que es, poca gente recuerda hoy que son estos dinosaurios os que siguen controlando que no pase nada y si pasa, tampoco pasa nada.
Hoy el abogado tumbó las estatuas de su antecesores y se erigió como el único. 
Como ya no es posible hacer lo que hacían sus antepasados faraones, convertir en momia lo que ya es, se convirtió en estatua.
¡Pobre país con tantas estatuas que nos aplastan!


Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...