miércoles, 7 de enero de 2015

De Forges

Forges, que ganó recientemente el Premio Quevedos, uno d elos grandes humoristas gráficos vivos, acaba de publicar esto en El País.





http://elpais.com/elpais/2015/01/07/vinetas/1420648466_883696.html

Criminal atentado contra Charlie Hebdo

El humor genera, también, tristeza. La humanidad está de luto, un grupo  terrorista ha asesinado a Stéphane Charbonnier, alias Charb,  director del semanario satírico francés Charlie Hebdo, y a tres de los más emblemáticos humoristas franceses: Jean Cabut, Georges Wolinski y Tignous, así como a una docena de personas más, entre personal administrativo y otros periodistas. La agresión ocurrió en la redacción de la revista y es condenable a todas luces.

La caricatura que vemos, es de 2012 cuando Charb, el director del hebdomadario se autorretrato con la revista. 

Esto se publicó en zenpundit.com
¿Qué pasa con el dibujo animado de arriba, ¿no? Se basa claramente en la foto de arriba, a la izquierda, que muestra Stéphane Charbonnier , director de Charlie Hebdo , la celebración de su revista con su caricaturas ofensivas / reivindicación de la libertad de expresión. Y la sugerencia es claro que él es una especie de terrorista suicida.
Pero, ¿quién es él soplando, exactamente? Él mismo, y tal vez su personal y cualquier otra persona que resulta ser a pocos metros de su cargo en el momento? Francia, Europa, el mundo occidental - el mundo mismo? ¿Y cuánto ironía debemos leer en el retrato de la historieta?
Es posible que hayan aprendido la técnica de los Tigres Tamiles, pero en estos días, en la estela inmediata de disturbios generalizados sobre el clip de vídeo y en el contexto de alguien publicar caricaturas que satirizan al profeta, es suicidas claramente islamistas que proporcionan el modelo para el caricatura del dibujante arriba.
Ojo por ojo? Ojo por ojo? Sólo estás preparando para una fatwa como Salman Rushdie ?
Hay que condenar a estos criminales que han acabado la vida de estos grandes artistas.

martes, 6 de enero de 2015

Ojo parado. El escarnio como arma de la contrarrevolución

Para quienes piensan que la caricatura y el humor deben ser  de izquierda, hay que decir que nuestra historia muestra que esa afirmación no es real, la caricatura y el humor, desde mi punto de vista, es una critica al poder, sea cual fuere su signo ideológico.
La caricatura mexicana fue, durante la revolución, muy crítica contra quienes son hoy nuestros héroes.
Una de las tragedias más terribles fue el trato que recibió Francisco I. Madero y su familia, desde su esposa, doña Sara Pérez, a quien apodaban el SaraP de Madero, pero sobre todo a su hermano Gustavo. 
De eso trata mi artículo de enero en Relatos e historias de México, del mes de enero de 2015. 
La segunda parte pueden leerla en la revista de este mes.

Ojo Parado. El guardagujas


La revista Relatos e historias en México, comienza el año con un ensayo sobre Gustavo A. Madero, un personaje que en su tiempo fue dura y rudamente castigado. 
Mi cartón de enero muestra una de las decenas de caricaturas que le hicieron.

lunes, 5 de enero de 2015

Ahumada y su punto de fuga

Artículo publicado en Laberinto, de Milenio, el sábado 11 de enero de 2014


AHUMADA Y SU PUNTO DE FUGA


La historia de la pintura está fincada en movimientos aleatorios, en oleajes de movimiento perpetuo: vienen y van, en un zigzag que permite visualizar la vida tal cual, con su grandeza y con su miseria, con su cielo y con su infierno.
La vida es así, pero hace muchos siglos la Iglesia católica inventó un concepto maravilloso que, por cierto, hace poco tiempo, negó: el limbo. "Como los niños del limbo, sin pena y sin gloria", solía decirse para referirse a esa oscura forma de vida donde la nada era la característica.
Manuel Ahumada, que en veinte días más cumpliría 58 años, inventó una historieta llamada así: La vida en el limbo, donde a través de un punto se extendía al universo, donde un punto era capaz de crear un cosmos, un firmamento, una vida más allá de la vida, más allá de la gloria, más allá del infierno.
Caricaturista de profesión, pues de eso vivió los últimos treinta años, Ahumada fue un artista cuya formación estética lo llevó, con mucho, a rebasar la caricatura como tal, es decir, la transformación del hombre en mono y, en cambio, fue un historietista y, sobre todo, un pintor cuyas influencias, tanto del medievalismo del Bosco y el barroco de Rembrandt como de las vanguardias, lo hicieron diferente al resto de su gremio.
Lo onírico, el surrealismo, está presente en toda su obra. En cada uno de sus miles de dibujos, que comienzan con un punto que se fuga que se rebela a ser punto, Manuel Ahumada muestra su mundo, nuestro mundo, la divagación de lo que somos, y afirma una verdad de siglos: "Solo venimos a soñar, no es verdad que venimos a vivir en la tierra".
Formado académicamente como ingeniero agrícola, pronto se dio cuenta que los sembradíos no eran asunto suyo o que amaba tanto la tierra que tenía que dejarla para no hacerle daño, y se dedicó al cielo, pero como para llegar al cielo se necesita una escalera grande y otra chiquita, simplemente se fue a las azoteas desde donde oteaba el mundo de abajo, el mundo chiquito que en sus sueños y en sus dibujos, crecía hasta convertirse en parte sustancial del universo. Esos colores tenebrosos, los trazos, las rayas y el impeler puntos para encontrar la oscuridad lo condujeron a un tenebrismo contemporáneo, a sustituir toda la gama de colores por esos claroscuros que permitían, con mucho, entender nuestro lustre.
Personajes como Chimino, emergían semana a semana en elmásomenos, suplemento del unomásuno, o la infinidad de personajes como los astronautas, ángeles, fantasmas, sueños en sus historietas: La vida en el limbo, Desde el más acá, Historias de papel, etcétera. 
Desde uno de los barrios tradicionales de la ciudad de México, la colonia Narvarte, Ahumada nos compartió sus sueños y lo absurdo mismo de la vida. 
      Al escribir sobre lo vanguardista de su obra tengo siempre presente lo absurdo, lo geométrico, lo onírico, lo antiguo revisado, reaprehendido con una mirada nueva. Ese punto de partida a través del negro solía estremecer a quien lo mira.   
En agosto de 2000, Ahumada fue satanizado y su obra censurada (y destruida) por un par de cristeros, envalentonados por el reciente triunfo electoral de Vicente Fox. La Patrona fue el título del dibujo a lápiz de un indígena con un ayate donde aparecía Marylin Monroe. Como sucede con la censura, la obra se ha reproducido y multiplicado como ningún otro de sus trabajos.
La obra de Ahumada continúa una tradición de caricaturista de vanguardia como Marius de Zayas, Miguel Covarrubias, Alfredo Zalce, Ernesto Guasp, Helioflores o Rogelio Naranjo, cuyas propuestas visuales trascienden la crítica política, pues en ellos se manifiesta una preocupación estética.
Su actividad en la prensa, durante casi treinta y cinco años, generó un largo recorrido que va desde Melodía, en sus orígenes, y su discreto paso por La Garrapata, en su tercera época, hasta La Jornada, sin omitir el primer unomásuno.
Recorrió los últimos suplementos humorísticos que han existido en México: Másomenos, El tataranieto del Ahuizote, El Manojo El papá del Ahuizote. Ilustró portadas de discos, de revistas, de libros; obtuvo diversos premios, como el segundo lugar en el Salón de la Historieta de Montreal, en 1991; un año después conquistó el primer premio en el Concurso Internacional de Dibujo, también en Montreal. 
  


Ahumada pintó su raya desde la tierra al cielo, la fue creando a través de pequeños puntos que, unidos, se convirtieron en una suerte de grandes lápidas para cubrir, y encubrir, un mundo difícil, un universo en crisis, una ciudad odiada y amada al mismo tiempo. Pintor, poeta de la imagen, creador de nuevas formas, formó parte de la última gran generación de caricaturistas mexicanos. Ahumada se ha ido con sus ángeles medievales, prepostmodernos. 
      Su vida no ha caído en el limbo, sólo dio un salto a la eternidad pues su obra queda como un legado, como una muestra de lo nuestro, de nuestros sueños; cada vez que nos asomamos a sus trazos, por ventanas, rendijas y azoteas podemos mirar el cielo, el universo, el sinfín, la nada y el todo.

domingo, 4 de enero de 2015

Más del Diccionario

El Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura mexicana está agotado hace muchos años y cuando un ejemplar aparece en librerías de viejo se cotiza muy bien. 

Está dividido en dos partes: los caricaturistas y las publicaciones.


Son 279 fichas de caricaturistas ordenadas alfabeticamente, según la firma del artista y 376 fichas de periódicos, revistas y suplementos de caricaturas y de humor, además de indices de autores, publicaciones y la cronología de éstas



El genial Ernesto Guasp
Cada uno de los caricaturistas tiene una autocaricatura o una caricatura que le hizo algún colega al caricaturista, como en el caso de Posada y que usé una caricatura de Andrés Audiffred. 

Está ordenado alfabéticamente de acuerdo a la firma de los autores.


Cada ficha cuentas con una minibiografía con nombre fecha y lugar y fecha de nacimiento y fallecimiento, en su caso; lugares donde estudió y periódicos y revistas donde ha colaborado. Además hay una muestra representativa de su obra (o de lo que localicé).


La segunda parte es totalmente innovador: hay un recuento de las publicaciones de humor en México.  En la parte de la cronología, con una lectura en esas tablas se puede ver que tanto impacto tuvieron las publicaciones de humor en determinada época.


Por ejemplo, resulta impresionante mirar la riqueza del humor gráfico durante la segunda mitad del sigo XIX y la primera década del siglo XX contrasta con casi todo el siglo XX y, muchisimo más, con todo lo que va de este siglo XXI. 

De igual forma  que sucede con la ausencia de muchos caricaturistas, faltan muchas publicaciones que he ido localizando a lo largo de estos 18 años años. Sólo por mencionar a José Guadalupe Posada: colaboró en más de setenta publicaciones. En el diccionario habrá, a lo sumo, unas veinte.



La ficha de Garci uno de los más importantes
caricaturistas en nuestros días
 Después de estas reflexiones, no me queda otra cosa que hacer, en  los próximos años una nueva edición de mi Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura mexicana, corregida, aumentada y (también) disminuida de autores. Metodológicamente revisaré los criterios para ello, aunque creo que me inclino por hacer lo mismo que hice con mi libro de Historia de la caricatura en México: hacer un corte en el año 2000.

Así, espero que para 2017 se encuentre circulando esta nueva versión, después de dos décadas de haberla presentado por primera.

VII Mis libros: Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura en mexicana

Cuando comencé a trabajar esta compilación histórica acerca de los caricaturistas, jamás imaginé el impacto que  tendría, veinte años después.
El Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura mexicana se ha convertido en un libro de culto pues, hasta hoy, no se encuentra nada parecido en el mercado.
Con este trabajp obtuve un apoyo del FONCA  en el concepto de coinversión. Fue publicado por Noriega-Limusa, apoyado por Ramón Garduño, entonces presidente de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, y por Apebas, quien realizó la compilación de imágenes.
Este diccionario fue punto de partido para un vasto trabajo que vengo realizando desde entonces.
Motivo de discusión por quienes se creen depositarios de la verdad en la historia de la caricatura, con el diccionario trabajo se rompió el  monopolio de la información de caricaturistas.
Así que no fue gratuito que un "anónimo" autor escribiera en El Chamuco del 3 de mayo de 1998 una nota llamada "Un diccionario de buenas intenciones y grises resultados", con una rabiosa e incoherente crítica que refuté en El Financiero, en una fecha muy propicia, el 10 de mayo, con un texto llamado "Los caricaturistas me hacen llorar".
Por su parte, el periódico El Universal,  al reseñar la presentación del libro la tituló: "La guerra de la caricatura. "La guerra de la caricatura. Presentación del Diccionario Biográfico Ilustrado de la Caricatura mexicana".
Han pasado 18 años de ese ese momento y el Diccionario requiere una buena reedición incluyendo a muchos autores que, por ser un primer intento de sistematizar, sin exclusiones por simpatía, a muchos autores que quedaron fuera y que entonces no conocía como Marius de Zayas, Tisner y muchas más que a los largo de todos estos años he conseguido datos y, también excluir a quienes fueron flor de un día.
Pero más allá de la descalificación de entonces, me alegra saber que hay un reconocimiento y un culto a ese libro a pesar de todo.
Hay que decir también, y denunciar, cómo en un sitio de internet, una tipeja poblana llama María Idea César Poblana, con toda la impunidad que da la red, abrió un blog donde se fusiló toda la información de mi diccionario y a pesar de las reclamaciones, con todo cinismo, sigue impunemente en la red. Poca vergüenza de esta estudiante de historia de la UAP (aunque supongo que ya terminó)
Vuelvo a lo serio, Roberto Ponce me hizo una entrevista para la revista Proceso, aquí se las dejo.

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...