viernes, 12 de diciembre de 2014

El arte como protesta

Innumerables son los ejemplos con que muchos de los grandes artistas del mundo protestaron ante una injusticia, ante un hecho vergonzoso para su ciudad o para la humanidad.
2014 será recordado en México como un año negro, trágico, de impunidad, de tristeza, de frustración social debido al asesinato de 43 chicos (y decenas más que ocurren casi a diario)
Un autor anónimo publicó un retrato de esos asesinatos, basado en Los fusilamientos, de Goya y alguuien lo subió a facebook del sitio https://www.facebook.com/Desinformemonos. Queda como un testimonio de esa barbarie, de esa infamia que nos deja marcados para siempre.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cueva de Altamira en Madrid

Soy un hombre afortunado.
Muchos de mis sueños como historiador han sido conocer los grandes espacios históricos donde ha florecido (y marchitado, también) la humanidad. 
Hace muchos años, 24 para ser exactos, por estas fechas me preparaba para un largo viaje, un curso vivo de arte, que me hizo pasar la Navidad de 1980 en el Cairo y el año nuevo en el Barrio de la Plaka, en Atenas, no sin antes pasar por Roma, Florencia y Venecia en un largo, larguísimo viaje que a estas alturas parece un sueño lejano pero que me marcó, sin duda, para el resto de mi vida.
Obvio es decir que mis encuentros innumerables con Teotihuacan, Palaneque, Chichen Itzá, Oaxaca y un largo etcétera de México ha estado presente en mi vida.
Me faltaba, me falta, aunque no mucho, visitar Santillana del Mar, encontrarme frente a frente con las Cuevas de Altamira, ese prodigio de obra que quiso la suerte, la vida, que se encontrara y que los contemporáneos pudiéramos mirar el espejo de unas seres humanos, hombre, mujeres o niños, qué más da, que dibujaron esta obra maestra del arte universal sin siquiera proponerselo.
Y en este mismo sentido fue el descubrimiento de una niña de 8 años, María Faustina Sanz Rivarola que demostró, una vez más, que los niños son capaces de imaginar todo y que los adultos vamos perdiendo la imaginación y el gusto por el descubrimiento.
Platicaba de mis sueño, de estar en la Cueva de Altamira, con mi querido amigo Manolo Álvarez Junco y me contó que en Madrid, en el Museo Arqueológico Nacional de España existe una reproducción de la Cueva.
Ahí fui, dos veces, una nunca basta. 
En septiembre de este año me introduje en la cueva, estuve mucho tiempo, emocionado, mirando el espejo que reproduce el techo donde se pintaron esas imágenes. En noviembre volví.
No sé si es la capilla sixtina de la prehistoria, si sé que es una de las grandes proezas de los seres humanos.
El arte no lo es en tanto no se le da esa intencionalidad.
Esos dibujos, esos trazos hubieran quedado perdidos por ahí, como seguramente existen otros más que nunca verán ojos humanos, pero tuvimos la suerte de que alguien los encontrara y de que hoy sea posible mirarlas.


Esto dice el sitio de la Cueva:
A la cueva de Altamira le corresponde el privilegio de ser el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico superior. Su singularidad y calidad, su magnífica conservación y la frescura de sus pigmentos, hicieron que su reconocimiento se postergara un cuarto de siglo. Fue una anomalía científica en su época, un descubrimiento realizado en la cumbre y no en su grado elemental, un fenómeno de difícil comprensión para uno sociedad, la del siglo XIX, sacudida por postulados científicos extremos y rígidos.
Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos fueron pintados o grabados durante los milenios en los que la cueva de Altamira estuvo habitada, entre hace 35.000 y 13.000 años antes del presente. Estas representaciones se extienden por toda la cueva, a lo largo de más de 270 metros, aunque sean las famosas pinturas policromas las más conocidas. Su conservación en las mejores condiciones constituye un reto científico y de gestión del Patrimonio y es el objetivo prioritario y la razón de ser del Museo de Altamira.
Debido a la necesidad de conservar la obra, soy de la idea de que debe cerrarse y crearse reproducciones como la que se encuentra en Madrid aunque, es una lástima, el Museo Arqueológico Nacional le haga tan poca difusión y que está por ahí perdida en la entrada sin ninguna señalización.
Cuando vayan a Madrid, no dejen de verla, es una gran experiencia.

martes, 9 de diciembre de 2014

Alistan muestra dedicada a José Guadalupe Posada




Este 20 de noviembre dentro de la Sala de Exposiciones de la Embajada de México en Madrid, España, se inaugura la exposición Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana, en honor al cronista e ilustrador mexicano.
Agustín Sánchez es el responsable y curador de la muestra que está dividida en once núcleos temáticos: los primeros años; sus ilustraciones de cuentos infantiles, los juegos que ilustraba, las fantasías y los horrores; las imágenes religiosas, las tragedias, lo chusco y lo cómico, la vida cotidiana, los personajes, las fiestas y, finalmente, las famosas calaveras.
El curador compartió que el objetivo de esta exposición es mostrar que la fama e inmortalidad de Posada permanece, no sólo en sus calaveras, sino en que su obra se hacía presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
Por su parte, Pablo Raphael de la Madrid, director del Instituto de México en España y Consejero Cultural de la Embajada dice que “no es cosa fácil rastrear el origen de lo que llamamos ‘identidad nacional’.
“Agustín Sánchez González ha sido capaz de seguir un nervio nodal de nuestra identidad y, en el mismo sentido, ha sido capaz de descubrir en toda su dimensión el tamaño y poder de influencia de José Guadalupe Posada”, consideró De la Madrid.
Fuente: Milenio

lunes, 8 de diciembre de 2014

Posada: regalo de Navidad

Si va a regalar algo este año,
tenemos una gran oferta:

El libro 

José Guadalupe Posada: fantasías, calaveras y vida cotidiana


Editado en Madrid, como parte de la muestra que se lleva a cabo en diversas ciudades españolas.
Hasta el 6 de enero lo puede adquirir por tan sólo $ 450.00 (Cuatrocientos cincuenta pesos mexicanos) y recibirá, gratuitamente, una estampa impresa en la placha original de José Guadalupe Posada





Este libro trata sobre el gran ilustrador de lo mexicano. Sus dibujos mientras vivió, no tuvieron espacio en ningún museo, aunque nunca fue su objetivo; tuvieron un fin mejor: volar por los aires mexicanos, mirarse en las calles, las iglesias, las mesas para el juego, en cartas de amor, cancioneros, periódicos, anuncios... En cada casa, modesta o lujosa, había uno de sus trabajos.






Su obra fue realizada para el momento, para lo efímero y sin embargo, trascendió de tal manera que hoy está más viva que nunca. Impresa en blanco y negro o en tonos multicolores, que ilustraron todo lo que los ojos podían mirar. En hojas de papel volando, retrató la tragicomedia mexicana, atrapó el silencio, la amrginalidad, la tragedia, el dolor, la risa, la sorna, la carcajada, el miedo, el regocijo, el pecado, la magnificiencia, la fe, la miseria, el llanto, el placer, la vida, la muerte, el blanco, lo negro, lo mexicano.

Su obra pertenece a un artista que nunca antes se pensó como tal. Sus calaveras forman parte de la iconografía nacional, su Catrina es la obra mexicana más conocida en el mundo, pero él es más que las calaveras, su temática es vasta.
Su impacto estético fue tal, que la plástica contemporánea no se entiende sin sus líneas, que sin duda trazaron el arte mexicano.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Leer a Vicente Leñero

Seguramente no provocará que cuarenta mil personas vayan a depositar flores al estadio Azteca, ni a ningún estadio, por cierto; tampoco, estoy seguro, Peña Nieto, mucho menos Miguel Ángel Mancera, dedicarán un párrafo en algún discurso; nadie se volcarán a las calles pidiendo sea paseado en Bellas Artes, ni habrá tumultos que vayan a tomarse la foto ante su féretro.
Nada de eso.
Don Vicente Leñero, en cambio, está por encima de llenos en el estadio Azteca, homenajes en Bellas Artes o palabras vacías de nuestros gobernantes.
Leñero es parte medular de nuestras letras.
Lo es porque fue un hombre discreto, lejos de los reflectores, de la farándula, de la faramalla que suele dedicarse, casi como un circo, a muchos autores menores que buscan lucir su obra.
Lector infatigable, autor generoso que lo mismo escribió grandes novelas como Los albañiles, Premio Biblioteca Breve de Seix Barral, de cuando los premios no estaban desprestigiados.
Esa novela hubiera bastado para que le maestro Leñero pasara al panteón literario, pues e suna novela que resiste al tiempo, que es una gran obra.
Autor prolífico que se destacó en el periodismo (fue subdirector de Proceso, en los tiempos en que fue la mejor revista mexicana; colaboró en el viejo Excélsior; dramaturgo, autor de guiones teatrales como Los albañiles, los hijos de Sánchez;  fue un espléndido cronista, con libros como Vivir del teatro, Tras los pasos de Jorge, así como las innumerables crónicas que publicó en la prensa mexicana.
UN libro clásico para entender la relación prensa-poder es Los periodistas, que narra la historia de la salida de Scherer de Excélsior.
Muchas cosas que decir más acerca de este hombre, busquen sus libros, léanlo, es un autor clave de nuestras letras, de nuestra cultura.
Leer a Leñero. 
Un hombre que murió hoy, 3 de diciembre de 2014, pero que hace muchos años vive como uno de los grandes creadores de nuestro país.

martes, 2 de diciembre de 2014

Posada en Hoyesarte.com


                                                                                      



















La obra de José Guadalupe Posada (Aguascalientes, 1852-1913) llega al Instituto de México en España Madrid), donde se expone hasta el 16 de enero. Titulada 'Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana', esta retrospectiva del gran ilustrador mexicano pretende acercar al visitante la figura del creador de la Catrina.



El ilustrador fue un cronista excepcional de la historia cotidiana de su país entre finales del siglo XIX y principios del XX. Por medio de sus dibujos y viñetas, el autor, a quien admiraba profundamente el muralista Diego Rivera, captó la marginalidad, la tragedia, la risa, la fe o la muerte, para transmitir una imagen de su cultura que aún hoy está presente en los artistas mexicanos de las generaciones más recientes.

En palabras de Agustín Sánchez González, comisario de la muestra, que durante más de 15 años ha realizado una profunda investigación sobre Posada, “se pretende destacar que la fama e inmortalidad de este artista radica en que su obra estaba presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana, que fue el gran ilustrador de lo mexicano y que su obra sentó las bases del arte mexicano contemporáneo”.

Recorrido artístico
La exposición Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana está dividida en 11 apartados temáticos: los primeros años del artista, sus ilustraciones de cuentos infantiles, los juegos que ilustraba, las fantasías y los horrores, las imágenes religiosas, las tragedias, lo chusco y cómico, la vida cotidiana, los personajes, las fiestas y, finalmente, sus famosas calaveras.
En este recorrido el visitante podrá observar cómo la obra de Posada está muy emparentada con la de otros artistas españoles gráficos del siglo XIX, fundamentalmente de Goya, “por ejemplo, la alegoría de Saturno devorando a sus hijos de Goya le sirvió a Posada de guía para su ilustración Manuel Sánchez que se devora a sus hijos”, explica Agustín Sánchez, “pero también le influyen personajes como Mariano Fortuny, que es uno de los pintores costumbristas españoles del siglo XIX, o Leonardo da Vinci, del que versiona La última cena“.
La exposición se completa con diversos talleres de estampación y grabado dirigidos al público infantil que podrán a prueba su destreza como fichas de un juego de la oca de gran tamaño ilustrado por Posada, desde el 24 de noviembre al 12 de diciembre previa reserva en el email institutodemexico.esp@gmail.com. Y para el público general los sábados del 22 al 29 de noviembre, con inscripción en el email lorenamcdb@hotmail.com

Maestro del dibujo
José Guadalupe Posada nació en una familia muy humilde y desde muy pequeño mostró una clara afición por el dibujo. Su hermano lo animó a apuntarse a la Academia Municipal de Artes y Oficios de Aguascalientes. Con 15 años ya era considerado un artista, y pronto comenzó a colaborar en la revista El Jicote. Con 19 años creó la primera de sus famosas calaveras, y tras mudarse a León (México), diversificó su producción: trabajó en publicidad diseñando etiquetas de puros, cigarros o cerillas, y también realizó estampas religiosas.
Posteriormente se trasladó a la Ciudad de México, ya como un artista de prestigio, conocido como ilustrador de periódicos y revistas, y allí comenzó a trabajar con el impresor comercial Antonio Vanegas Arroyo, casa impresora que hoy en día conserva el mayor número de sus trabajos, y en cuyo taller Posada elaboró miles de ilustraciones sobre los acontecimientos que impresionaban al pueblo mexicano: catástrofes, milagros, crímenes, escándalos… Aunque Posada no fue un retratista político en sentido estricto, hizo caricaturas en torno a acontecimientos políticos de su tiempo, a favor y en contra de Porfirio Díaz y de la Revolución.



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Posada en GuíaArte

Fantasías, calaveras y vida cotidiana


El Instituto de México presenta una exposición sobre el célebre dibujante José Guadalupe Posada, cronista excepcional de la historia cotidiana de México entre finales del siglo XIX y principios del XX.

Juego de la Oca. José Guadalupe Posada.
Madrid, 25 de noviembre de 2014 
Esta muestra del Instituto de México, que podrá visitarse hasta el 16 de enero de 2015, pretende destacar la fama e inmortalidad de este artista y gran ilustrador de lo mexicano, y cuya obra sentó las bases del arte mexicano contemporáneo.
La exposición se divide en once secciones: los primeros años del artista, sus ilustraciones de cuentos infantiles, los juegos que ilustraba, las fantasías y los horrores, las imágenes religiosas, las tragedias, lo chusco y cómico, la vida cotidiana, los personajes, las fiestas y, finalmente, sus famosas calaveras.
José Guadalupe Posada (Aguascalientes, 1852 - Ciudad de México, 1913) fue un cronista excepcional de la historia mexicana. A través de sus dibujos y viñetas, Posada captó la marginalidad, la tragedia, la risa, la fe o la muerte, para transmitir una imagen de la cultura mexicana que aún hoy está presente en los artistas de generaciones más recientes.

Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana. una retrospectiva de la obra de José Guadalupe Posada.
De familia humilde, Posada tuvo desde pequeño una clara afición por el dibujo. Su hermano lo animó a apuntarse, siendo niño, a la Academia Municipal de Artes y Oficios de Aguascalientes. Con quince años ya era considerado un artista, y enseguida comenzó a colaborar en la revista El Jicote. Con 19 años creó la primera de sus famosas calaveras, y tras mudarse a León (México), diversificó su producción: trabajó en publicidad diseñando etiquetas de puros, cigarros o cerillas, y también realizó estampas religiosas.
Siendo ya un conocido ilustrador de periódicos y revistas, comenzó a trabajar con el impresor comercial Antonio Vanegas Arroyo, casa impresora que hoy en día conserva el mayor número de sus trabajos, y en cuyo taller Posada elaboró miles de ilustraciones sobre los acontecimientos y sucesos del México de la época: catástrofes, milagros, crímenes, escándalos y política.
Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana
Instituto de México
Carrera de San Jerónimo, 46, Madrid
Hasta el 16 de enero de 2015

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...