miércoles, 18 de junio de 2014

Biblioteca del niño mexicano



En junio de 2011, publiqué en la revista Relatos e historias de México, este artículo que habla de la inserción de la Biblioteca del niño mexicano, como un fenómeno sucedido en plena época de Porfirio Díaz. 
111 cuadernillos publicados por Maucci, en Barcelona, escritos por Heriberto Frías, autor de Tomochic, y las portadas realizadas por Posada.


La visión de Frías es completamente rebasada hoy, no así los trabajo de Posada que siguen mostrando la visión de buenos y malos de entonces.
Algunos de estos cuadernillos podrán verse a partir de hoy, 18 de junio, en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz, en España.

Los hombres del alba, de Efráin Huerta

Hoy, 18 de junio,  Efraín Huerta cumple 100 años de haber llegado a este mundo y, con su poesía, permanecer siempre. Nuestro homenaje:leerlo siempre


http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&o=David+Huerta&p=Efra%EDn+Huerta&t=Los+hombres+del+alba&wid=104


Los hombres del alba
de Efraín Huerta

    Editora del fonograma:
    Entre voces. FCE
en la voz de David Huerta    

Los hombres del alba


Y después, aquí, en el oscuro seno del río más oscuro,
en lo más hondo y verde de la vieja ciudad,
estos hombres tatuados: ojos como diamantes,
bruscas bocas de odio más insomnio,
algunas rosas o azucenas en las manos
y una desesperante ráfaga de sudor.

Son los que tienen en vez de corazón
un perro enloquecido
o una simple manzana luminosa
o un frasco con saliva y alcohol
o el murmullo de la una de la mañana
o un corazón como cualquiera otro.

Son los hombres del alba.
Los bandidos con la barba crecida
y el bendito cinismo endurecido,
los asesinos cautelosos
con la ferocidad sobre los hombros,
los maricas con fiebre en las orejas
y en los blandos riñones,
los violadores,
los profesionales del desprecio,
los del aguardiente en las arterias,
los que gritan, aúllan como lobos
con las patas heladas.
Los hombres más abandonados,
más locos, más valientes:
los más puros.

Ellos están caídos de sueño y esperanzas,
con los ojos en alto, la piel gris
y un eterno sollozo en la garganta.
Pero hablan. al fin la noche es una misma
siempre, y siempre fugitiva:
es un dulce tormento, un consuelo sencillo,
una negra sonrisa de alegría,
un modo diferente de conspirar,
una corriente tibia temerosa
de conocer la vida un poco envenenada.
Ellos hablan del día. Del día,
que no les pertenece, en que no se pertenecen,
en que son más esclavos; del día,
en que no hay más camino
que un prolongado silencio
o una definitiva rebelión.

Pero yo sé que tienen miedo del alba.
Sé que aman la noche y sus lecciones escalofriantes.
Sé de la lluvia nocturna cayendo
como sobre cadáveres.
Sé que ellos construyen con sus huesos
un sereno monumento a la angustia.
Ellos y yo sabemos estas cosas:
que la gemidora metralla nocturna,
después de alborotar brazos y muertes,
después de oficiar apasionadamente
como madre del miedo,
se resuelve en rumor,
en penetrante ruido,
en cosa helada y acariciante,
en poderoso árbol con espinas plateadas,
en reseca alambrada:
en alba. En alba
con eficacia de pecho desafiante.

Entonces un dolor desnudo y terso
aparece en el mundo.
Y los hombres son pedazos de alba,
son tigres en guardia,
son pájaros entre hebras de plata,
son escombros de voces.
Y el alba negrera se mete en todas partes:
en las raíces torturadas,
en las botellas estallantes de rabia,
en las orejas amoratadas,
en el húmedo desconsuelo de los asesinos,
en la boca de los niños dormidos.

Pero los hombres del alba se repiten
en forma clamorosa,
y ríen y mueren como guitarras pisoteadas,
con la cabeza limpia
y el corazón blindado.



De: Los hombres del alba



martes, 17 de junio de 2014

Posada en Cádiz


Exposición en el Castillo Santa Catalina del artista mexicano, José Guadalupe Posada

La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, acompañada por el
concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz, Alejandro
Varela, inaugura mañana miércoles, 18 de junio, a 
las 20.30 horas, en el Castillo de Santa Catalina, 
la exposición del autor  mexicano, José Guadalupe
Posada, que lleva por título ‘Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana’.
En la inauguración estarán presentes el agregado de la Embajada de México Pablo Raphael
de Lamadrid y el comisario de la muestra, Agustín Sánchez González.
La muestra permanecerá en la ciudad hasta el próximo 7 de septiembre y reflejará al
 gran ilustrador de la cotidianidad mexicana, nacido en la ciudad de Aguascalientes en 1852.

Perra nostalgia. Efraín Huerta en su centenario

Mañana 18 de junio,  Efraín Huerta cumple 100 años de haber llegado a este mundo y, con su poesía, permanecer siempre.

      Que su mejor homenaje sea
Des genios de nuestras letras: José Revueltas y Efraín Huerta
leerlo siempre
 













Perra nostalgia
Para David Huerta 

Perra nostalgia danza
croa, barrita, ladra
ancha elefanta pareja
para parar las almas
de cabeza
                Cabecear
llamear la cara espalda
de la noviecita santa
en la húmeda banca
de San Sebastián

Decirle me amas y me ama
porque a todos nos ama
carambola dorada
de tres bandas
                       Amada
falda larga bocaza roja,
brasero en Justo Sierra
y en San Ildefonso
Besada excelsamente
en la matiné del Goya
luego manoseada
avaramente atrinchilada
abeja reina madre
antorcha adolescente

Estaba el primer libro
de Rafael Solana
el primero de Octavio
Se conspiraba se era pobre
se empurpuraba la poesía
porque queríamos ser
recelar masturbar el viento
aromar la algarabía
al pie de los murales
de Siqueiros y Orozco

                Vagar
              estudiar
         criminalmente

Vagar ahora
vagancia elefanta
cocodrila de dieciséis patas
Cafetear en el café
del chino Alfonso
y sabiamente huir
beber absurdamente
como asnos en celo

Danzar la perra danza
(Preparatoria Nacional)
mentársela a Kelsen
(Escuela de Derecho)
y emprender la fuga
           decisiva
con pasos de tezontle
y un hambre endemoniada

La Poesía es una santa
               laica
liberalmente emputecida
hasta el cansancio.

19 de febrero de 1971 

lunes, 16 de junio de 2014

El verdadero nombre de "La Catrina" y otros misterios de Posada


El verdadero nombre de "La Catrina" y otros misterios de Posada
La vida del caricaturista e ilustrador mexicano más afamado de finales del Siglo XIX y principios del XX, José Guadalupe Posada, está construida a base de historias de las que poco se puede comprobar

Por: Montserrat Arqué | 12 de Febrero, 2012 | 19:37

A finales de siglo XIX, México vivió un momento de sumo esplendor en el ámbito de las bellas artes, sobre todo en la pintura, escultura y arquitectura, que en la actualidad podemos apreciar en decenas de monumentos arquitectónicos que engalanan distintas ciudades del país.

En los primeros años del tercer milenio, dichas expresiones artísticas sufrieron un cambio radical, pues dejaron de ser simples expresiones de estética y belleza, para convertirse en un vehículo de denuncia social, basada en una práctica indígena que tuvo gran auge con artistas como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros: la pintura mural.

Junto con la figura de los muralistas, surgió otro artista enigmático y que ha sorprendido con su obra, tanto a propios como extraños, de la cultura mexicana y que cada noviembre sale a relucir. Nos referimos a José Guadalupe Posada.

José Guadalupe Posada fue un pintor, ilustrador y caricaturista mexicano, nacido el 2 de febrero de 1852, en la ciudad de Aguascalientes. Desde niño mostró habilidades en el dibujo, por lo que ingresó a la Academia Municipal de Dibujo de su estado. Con 16 años de edad, se convirtió en ayudante y aprendiz de Trinidad Pedroza, uno de los litografistas más destacados de la época.


En un principio, Posada se dedicó a hacer caricatura política; colaboró con diversos medios impresos de la época, algunos famosos tales como "El Jicote", que fue el periódico encargado de publicar sus primeras viñetas y difundirlas a todo el público mexicano, cuando contaba con tan sólo 19 años.

Durante un tiempo vivió en León, en donde se desempeñó como docente en la Escuela Preparatoria de la ciudad guanajuatense; posteriormente se mudó a la Ciudad de México, en donde trabajó en distintas editoriales, quedando plasmados sus grabados en varios periódicos de aquella época.

Gracias a esto, su nombre saltó rápidamente a la fama, la cual creció aún más, cuando realizó un trabajo de crítica social y retrató con exactitud las creencias y forma de vivir de la sociedad mexicana, con un sentido del humor y lleno de sátiras.

La obra de Posada es bastante extensa; podemos encontrar caricaturas políticas, de escenas cotidianas, pero la más famosa y la que cada 2 de noviembre es recordada, son las famosas calaveras; las cuales se han convertido en todo un ícono de la cultura nacional.


El mismo diego Rivera alguna vez dijo que este hombre era "el prototipo del artista del pueblo" e incluso, se le considera como el precursor del movimiento nacionalista en las artes plásticas por el resto de los pintores más importantes de la época revolucionaria.

Falleció en el Distrito Federal el 20 de enero de 1913, increíblemente en la pobreza, solo, rodeado de misticismo, a tal grado que fue sepultado en una fosa común, de la cual se desconoce su paradero, ya que nadie reclamó sus restos.

Agustín Sánchez González es un famoso historiador mexicano, especializado, precisamente, en la caricatura que ha sido parte de nuestra historia, siendo el personaje de José Guadalupe Posada, uno de los hombres que más le ha llamado la atención y al cual, le ha dedicado varios años de investigación.


Sánchez González publicó en 2008, el libro titulado "Posada", en donde tras un arduo trabajo, echa por tierra varias cosas que se daban por aceptadas en la vida del grabador e ilustrado, siendo los más dogmáticos los que rechazan toda la información contenida en este texto.

Según informador.com.mx, así como agusanvh.blogspot.com, estos son algunos de los mitos que rodean la vida, obra y muerte de José Guadalupe Posada, el mejor caricaturista mexicano.

Porfirista y conservador. Según Rafael Barajas, mejor conocido como "El Fisgón", señala que el artista le era leal a Porfirio Díaz, y que creía y practicaba fervientemente sus ideas. Sánchez González no cree en dicha afirmación, pues aunque Posada haya sido un reacio defensor del modernismo, siempre criticó la desigualdad e injusticia social derivada del gobierno porfirista.


El verdadero nombre de "La Catrina". Quizá esta sea la obra más popular y conocida por todos los mexicanos y con la que a Posada se le relaciona en el extranjero. El historiador descubrió que dicha caricatura originalmente fue titulada como "La Calavera Garbancera" y que fue Diego Rivera, quien finalmente le llamara "La Catrina", tras haber inmortalizado dicha imagen en su mural llamado "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central".


No tenía preferencias políticas. Resulta ser que un grabador de nombre Leopoldo Méndez, publicó en 1892 un dibujo sobre la represión porfirista, en donde retrata a Posada al lado de los hermanos Flores Magón, lo que generó que al ilustrador se le señalará como un anarquista radical. En realidad, jamás conoció ni coincidió con estos personajes de la Revolución y siempre se mantuvo en el centro, tratando de retratar la vida de las personas.


La muerte relacionada con nuestras raíces indígenas. Se cree que su obsesión con el tema de la muerte, se debe a que desde pequeño estuvo en contacto con ella. Primero, su casa en Aguascalientes se encontraba frente a un panteón, vivió de cerca una epidemia de cólera que cobró la vida de decenas de personas, fue testigo de cuando los bandidos asaltaron su ciudad natal, fusilando y colgando a gente a diestra y siniestra; dichos cadáveres fueron a parar cerca de su casa.


Su segundo apellido no es Ruiz. Debido a la poca documentación que se tiene del artista, mucho tiempo se creyó que su nombre completo era José Guadalupe Posada Ruiz; Agustín Sánchez tuvo la posibilidad de tener la fe de bautismo de este hombre en sus manos, en donde se percató que en realidad, su segundo apellido era Aguilar.


Su hijo. Se sabía que Posada llegó a la Ciudad de México acompañado de su hijo adolescente, del cual ya nada se supo. Sánchez González averiguó que el nombre del chico era Juan Sabino Posada Vela, que su madre había sido una señora de nombre María de Jesús Vela y que falleció en enero de 1900, a los 17 años de edad, al haber contraído tifo exantemático.


Relación con los Vanegas Arroyo. Se ha dado por hecho que José Guadalupe Posada llegó a la Ciudad de México exclusivamente para trabajar en el taller de litografía de la familia Venegas Arroyo. Sánchez afirma que en realidad, quien le invitó a venir a la capital fue Irineo Paz (abuelo de Octavio Paz), por lo que en realidad, el dibujante era una especie de freelance, pues sí que trabajó para los Vanegas Arroyo, pero no de manera exclusiva, pues al mismo tiempo, su trabajo fue publicado en más de 40 periódicos.

La marcha de Cádiz


Este es otro de los múltiples cuadernillos realizados por Posada para la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo: Los patos. Aria de La marcha de Cádiz, una obra muy exitosa en los teatros de zarzuela de nuestra ciudad de México.

Fue interpretada por personajes como Rosario Soler, quien estrenó la obra en el Teatro principal y a quien se le apodó "La Patita", por haber logrado una gran interpretación.
Pues esta hoja, está presente en a exposición Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana, desde el 18 de junio en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz


En Cádiz

Para todos aquellos chovinistas que niegan y reniegan la parte española de los mexicanos, convendría conocieran la historia de Cádiz, una región poblada, desde tiempos inmemorables, por un crisol de culturas. 
Caminar por el malecón, a espaldas de la Catedral, por la avenida Campo del sur, para mirar, en menos de 50 metros, tres construcciones espectaculares de otras tantas culturas: una tumba fenicia, la majestuosa catedral y un teatro romano. Pero además, recién se han descubiertas nuevas pistas de la Cádiz musulmana, para llegar a la hispana, la de autores grandiosos como Manuel de Falla. (Además, muy pegadito, en el Puerto de Santa María, nació el gran poeta, Rafael Alberti)
      Tantas historias, tantas culturas y el mar como testigo.
      Cádiz es una ventana a otros continentes. África y América se miran lontanza.
       En esta ciudad se firmo la Constitución de 1812,  que fue modelo para muchas de nuestros países debido a sus planteamientos tan avanzados.
      Y aquí, pasado mañana 18 de junio se inaugura la exposición Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana, en el Castillo de Santa Catalina y se podrá ver hasta los primero días de septiembre.

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...