Hace 35 años tuvo uno de los trabajos más hermososy gratificantes, en el Museo Universitario del Chopo, al lado de Arnold Belkin y de Jorge Pantoja, a quien, por cierto, le han querido quitar la paternidad del Tianguis del Chopo.
Esto escribí por aquellos años.
Belkin
y el Museo del Chopo
"El Museo más hermoso de la ciudad de México”,
así definía Arnold Belkin al viejo Museo Universitario del Chopo, no sólo por
su aspecto físico, pienso yo, sino también por la participación popular y las
expresiones culturales ahí mostrada desde el año de 1983, cuando asumió la dirección,
sustituyendo a la escritora Ángeles Mistretta.
Es curioso que casi nadie
se haya referido al periodo en que Arnold Belkin dirigió al Museo Universitario
del Chopo, época, que, sin duda, fue una de las más brillantes que vivió esa
institución.
Escribo de memoria, contra
la amnesia, como Arnold tituló un libro
que escribió.
Recuerdo entonces a ese
generoso hombre caminando por el Museo, mostrando con orgullo el trabajo que ahí se llevaba a cabo.
Un breve recuento de esa labor se encuentra en
un tríptico que fue publicado a finales de 1984, poco antes de que la
burocracia universitaria, que llegó con Jorge Carpizo a Difusión Cultural, lo
echara del Museo por medio de una vergonzosa carta donde le “agradecían” su trabajo
y le pedían su renuncia
En los dos años en que
Belkin dirigió el Chopo, y Alfonso de María y Campos era director
de Difusión Cultural, las
actividades culturales, realizadas allí, se sumaron por miles. No estoy
exagerando. Diariamente había eventos de toda índole: talleres muy
particulares: de danzón, de magia,
de letras de rock,
Arnold, continuando la labor de Ángeles Mistretta, abrió el museo a toda la gente
que quisiera participar. El Chopo se convirtió en un centro cultural
donde lo mismo acudían
los "cultos", que
cualquier vecino.
"Por el lado de las
letras, durante su gestión se inauguró la librería Marginalía, el único espacio existente en México donde los
editores marginales y no comerciales tuvieron un espacio para vender sus
trabajos. (Hoy, ese lugar, como señalé hace unas semanas en este mismo espacio,
está convertido en un centro de venta de Sprite)."
Los jóvenes acudían los
jueves a los conciertos de rock y los sábados al tianguis al que se le apoyó
ante las presiones de la delegación Cuauhtémoc que buscaban acabar con ese
peculiar tianguis.
Los martes presentaban
sus libros diversos escritores; los miércoles se ofrecían conferencias de toda
índole.
"Radio UNAM transmitía,
semanariamente, un programa en vivo --Domingo en el Chopo--, que conducían
Yuriria Contreras y Alejandro Quijano, en su primer etapa, Juan Rodríguez
Yerena en la segunda. Allí se presentaron artistas de gran calidad como Eugenia
León, Margie Bermejo, Tania Libertad, Recuerdos del Son.
Los sábados, además de
los talleres de danza, el Foro del Dinosaurio se abría como un escaparate a lo
mejor de la danza contemporánea mexicana.
El Museo fue también foro
de importantes exposiciones de artistas como Artemio Sepúlveda, Alberto Castro
Leñero, Yolanda Meza, Nickolas Sperakis y muchos más que, además de todo,
donaron obra al Museo que de esta manera logró contar con un fondo
museográfico.
Con Belkin se inició la
publicación de una hojita literaria llamada Anzuelo que reconoció, en una primera
época los trabajos literarios de los talleres del Chopo y en sus dos siguientes
etapas, el trabajo de cerca de veinte jóvenes escritores, cuya publicación se
llevó a cabo gracias a la generosa donación de serigrafías que donó Belkin.
El Museo del Chopo hoy no
es más que una caricatura de lo que dejó Belkin, un hombre valioso no sólo
corno pintor. Arnold, sin caer en el marasmo burocrático y ajeno a las grillas
culturales, mostró un gran talento para dirigir lo que fue, en esos años, el Museo
más hermoso de la ciudad.