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martes, 12 de julio de 2016

El día que se volvió noche. 25 años del eclipse

Y cómo pasa el tiempo, que de pronto son años. Un cuarto de siglo de esta historia que publiqué en El Universal, en 1991, hace 32 años.


Un día fue noche. 11 de julio de 1991.
En menos de dos minutos sucedieron ambos momentos, cuando sobrevino el eclipse más esperado y más temido de los últimos tiempos; la gente, los mexicanos, desafiaron a quienes nos inculcan la cultura del miedo.
Los concheros llegaron en bola, paseaban un Quetzalcóatl ejecutado con dulce, con alegría, en sentido alimenticio y en estado de ánimo. Anunciaban una nueva era en este lugar que, a decir de ellos, es el sitio más cósmico del mundo.
Es el Zócalo, lleno de aventuras, de hechos históricos, que se vistió de gala.  Nunca había visto tanta gente junta mirando al cielo desde tan diversas formas, la mayoría con su filtro, pero los hubo quienes, osados, miraron de reojo sin protección alguna; otros, tenían escafandras o goggles.
 “Lástima que tengamos que verlo así, los filtros son como condones para ver el sol”, comenta un joven.
Los ecos de Salvatore Quasimodo, el poeta italiano: “Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra traspasado por un rayo de sol, y de pronto es noche”. 
A las trece horas las campanas de Catedral repiquetearon con timidez.  El sol es atrapado espaciosamente. Como en la fiesta de Año Nuevo, la gente observa su reloj con ansiedad, con cierto temor, un temor natural, producto de la sabiduría de la espera de un nuevo momento, en que seremos testigos de un fenómeno que no sucede frecuentemente.
Las nubes cubren por completo al sol y la gente ruega por que aparezca. Las luces de las calles se encienden, el día empieza a oscurecer.
           “Y de pronto es de noche”.
Ya viene a la ciudad, ya pasó por otras partes.
“Una rayita, se ve una rayita, se ve una rayita”, grita un adolescente emocionado. 
Vuelan las palomas, las luces están encendidas por  todas partes.
Ya es de noche, la gente grita de júbilo mientras una señora mayor se persigna, se hinca y se pone a rezar un rosario, seguida por su familia.
Pero los demás estamos encantados.
“Ahorita se puede ver, sin bronca, con gusto”. 
“Arrepiéntanse de todos sus pecados”.
Pero nadie se arrepiente de nada.
“Échale güero”.
El sol está ahí, se puede mirar, observo directamente a un sol hermoso, lleno de vitalidad, aún cuando está cubierto por las nubes y no deja ver muchas cosas.  Sin embargo, de ahora en adelanta ya nadie me contará que es un eclipse.
La negra noche cubrió a la ciudad y la gente aplaude.
Siete minutos que transcurrieron aceleradamente.
Las luces de las lámparas que iluminan el Zócalo están encendidas.
El júbilo permanece.
Las campanas de catedral vuelven a repicar tímidamente.
Son las trece treinta en la Plaza Mayor, el centro cósmico del mundo empieza a clarear,  las palomas revolotean, de nuevo el sol, de nuevo la vida.
De nuevo vemos la claridad propia del medio día.
Recordamos entonces a Quasimodo: 
“Cada uno está solo 
en el corazón de la tierra,
traspasado por un rayo de sol
y de pronto es de noche”.

viernes, 8 de julio de 2016

Tres figuras para un domingo, en color


La segunda vez que aparecí en caricatura en El Universal, fue en 1996, hace casi veinte años , el 26 de octubre, cuando estaba por aparecer mi  libro  José Guadalupe Posada. Un artista en blanco y negro, publicado por CNCA, que lleva cuatro ediciones y que, sin duda, marco una ruta importante en mi vida.
Posada me ha conducido por caminos maravillosos de aprendizaje, de investigación, de encuentro con el ser del mexicano. 
Gracias a Posada, he caminado por todo el país mostrando su obra. Mejor aún, hace un par de años lo llevé (o me llevó) a España en una de las mejores experiencias que tengo.
La caricatura fue de Apebas y el gran gozo fue para mi pues, por si fuera poco, aparecí al lado de el cantante a quien amo y que ha sido un baluarte en mi vida, con quien he gozado, llorado; un hombre que me enseñó a creer y conocer y a ser mucho de lo que soy.
Y bueno, qué decir del otro gran personaje: Carlos Fuentes. Curiosamente en esos días releía Aura y caminaba por esas calles por donde transcurre.
Buena mañana, excelente sentir y vivir otro domingo inolvidable.





martes, 5 de julio de 2016

Tres figuras para un domingo

Corría el año de 1993 cuando editorial Planeta publicó mi libro El General en la Bombilla, en la colección Circulo de Arte, al lado de autores como José Agustín, Cristina Pacheco, Paco Ignacio Taibo I, entre otros.
Era el segundo libro que publicaba en esa coleccción, el anterior, Fidel. Una historia de poder, llegó a vender 20 mil ejemplares en cuatro ediciones y hubo una quinta, con otro título, Los primeros cien años de Fidel, y otra editorial, Nueva Imagen.
El domingo 5 de diciembre de 1993 tuve mi primer y mejor regalo pre-navideño al abrir las páginas de cultura de El Universal, y mirar esta caricatura que me hizo Apebas y estar al lado de un gran director de orquesta y un excelente escritor español.
Esa mañana fue de las más felices de mi vida.
 Años después, hubo otra caricatura, ya les contaré.





sábado, 2 de julio de 2016

MEMIN EN EL MUREF




“Memín Pinguín” llega con sus historias al Muref




     DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016
     11:24

    La exposición se titula "Memín Pinguín: México a través de la historieta" dedicada al personaje de caricatura que marcó la época de oro de ese género en el país.
    Durante la ceremonia inaugural, el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Jorge Carrera Robles, se refirió a las historietas de Memín Pinguín como un elemento aglutinador entre las culturas mexicanas.
    "Muchos de nosotros aprendimos a leer en estas historietas", dijo al tiempo de explicar que esta exposición es un retrato de los años 60 que invita a ver elementos que en ese tiempo, unían a una serie de comunidades dispersas a lo largo y ancho del país.
    Mencionó también que en aquellos años, además de Memín, había otros personajes e historietas que cuestionaban la conciencia nacional haciendo una crítica puntual hacia ciertos grupos políticos de México y las situaciones.
    "Todas estas historietas forman parte de una cultura popular. Hoy tenemos la oportunidad de conocer un trozo de nuestra historia nacional que marcó una forma de ser y de pensar, y que hoy por fortuna la tenemos aquí para disfrutarla", declaró.
    La exposición, que estará en este recinto hasta el 11 de septiembre, consta de material original en cartones e historietas, así como figuras de los personajes.
    Además, se presentan datos importantes como las interpretaciones del curador, Agustín Sánchez González, con respecto al impacto de este personaje en la sociedad mexicana, información acerca de su origen y supuesto desenlace.
    Liliana Fuentes Valles, directora del Muref, dio la bienvenida a los asistentes, invitándolos a recordar a este pequeño personaje por medio de esta exposición, y refirió que seguramente marcó etapas en la vida de muchos de los presentes.
    Con el objetivo de destacar la importancia de la caricatura como patrimonio cultural y resaltar su influencia en la sociedad mexicana, esta exposición se realiza a través del Patronato Amigos del Muref y el Centro INAH Chihuahua.
    Estará en Ciudad Juárez durante poco más de tres meses, dando oportunidad a los visitantes de retroceder en el tiempo a través su recorrido, pudiendo palpar, leer y disfrutar las historietas en el espacio de lectura.
    El personaje de Memín Pinguín nació en 1943 como parte de las historias de "Pepín", una publicación de novelas gráficas de donde surgieron otras grandes historietas como "La Familia Burrón", la cual revolucionó la lectura en México por sus grandes tirajes.
    Esta primera aparición de Memín tuvo como título original "Almas de niño". Fue concebida originalmente por la escritora Yolanda Vargas Dulché y dibujado por Alberto Cabrera, más no logró tener mayor impacto y el personaje desapareció de la revista.
    Veinte años después con Sixto Valencia como su dibujante, reapareció Memín Pinguín causando un gran impacto en la sociedad mexicana de aquellos tiempos.
    Se consolidó como una importante influencia dentro de la cultura popular y un referente de la época de oro de la historieta en México.
    El curador de la exposición, Agustín Sánchez González, presentó anteriormente la conferencia "Breve recorrido histórico de la caricatura y la historieta en México. Borola Tacuche y Memín Pinguín, dos figuras eternas", en donde habló acerca de la influencia de ambos personajes a lo largo de los años.
    La exposición "Memín Pinguín: México a través de la historieta" se presenta en la sala central del Muref, ubicado en la Zona Centro de Ciudad Juárez.

    lunes, 27 de junio de 2016

    Atrae Memín a juarenses

    Ciudad Juárez
    Atrae Memín a juarenses
    EXPOSICIÓN EN EL MUREF
    El Mexicano
    27 de junio de 2016

    Angélica Bustamante / El Mexicano

    Ciudad Juárez, Chihuahua.-El Museo de la Revolución en la Frontera (Muref), de Ciudad Juárez, tiene la exposición Memín Pinguín personaje que nació en 1943, denominada "México a través de la historieta", dedicada al héroe de caricatura que marcó la época de oro de ese género en el país, cuenta con mucha afluencia de visitantes sobre todo los fines de semana, va estar en ese lugar la exposición hasta el 11 de septiembre.

    Cabe destacar, que además de Memín, había otros personajes e historietas que cuestionaban la conciencia nacional al hacer una crítica hacia ciertos grupos políticos de México, todas esas historietas formaron parte de una cultura popular.

    La exposición Memín Pinguín "México a través de la historieta", se presenta en la sala central del Muref, en avenida 16 de Septiembre y avenida Juárez, enla zona Centro de Ciudad Juárez.

    Ca estar en el Muref hasta el 11 de septiembre, la exposición es de material original en cartones e historietas, así como figuras de los personajes, se presentan datos importantes como las interpretaciones de su representante Agustín Sánchez González, con respecto al impacto de ese personaje en la sociedad mexicana.

    Se ofrece información acerca de su origen y supuesto desenlace, lo mismo se dan datos de Yolanda Vargas Dulché, su creadora y escritora de muchas novelas historias populares que se llevaron al cine y la televisión mexicana, como Rubí, María Isabel, Rarotonga, el Pecado de Oyuki, por mencionar algunas.

    Con el objetivo de destacar la importancia de la caricatura como patrimonio cultural y resaltar su influencia en la sociedad mexicana, la exposición se realiza a través del patronato amigos del Muref y el Centro Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Chihuahua.

    El personaje de Memín Pinguín nació en 1943 como parte de las historias de Pepín una publicación de novelas gráficas de donde surgieron otras grandes historietas como la Familia Burrón, que revolucionó la lectura en México por sus grandes tirajes.

    La primera aparición de Memín tuvo como título original Alma de Niño, concebida originalmente por la escritora Yolanda Vargas Dulché y en el dibujo por Alberto Cabrera, no logró tener mayor impacto y el personaje desapareció de la revista.

    Veinte años después con Sixto Valencia como su dibujante, reapareció Memín Pinguín, con un gran impacto en la sociedad mexicana de aquellos tiempos, y se consolidó como una importante influencia dentro de la cultura popular y un referente de la época de oro de la historieta en México.

    jueves, 23 de junio de 2016

    Carlos Neve: Las líneas perdidas

    La Jornada Semanal,   domingo 19 de marzo  de 2006        núm. 576


    Carlos Neve: Las líneas perdidas
    Agustín Sánchez González


    Los ilustradores de la prensa pertenecen a un género completamente menospreciado, no obstante la gran calidad mostrada por muchos de ellos. En estos días, el Museo de la Caricatura presenta una muestra de Carlos Neve, un excepcional dibujante y caricaturista a quien la historia ha marginado. La exposición se llama La ilustración periodística de Carlos Neve, y está conformada por cincuenta dibujos cuya temática básica es la nota roja, que publicó en el periódico El Demócrata en la década de los veinte.
    El retrato de una sociedad postrevolucionaria marginada y agresiva, que se hallaba en busca de sí misma y curaba sus males con la violencia, es lo que dibuja magistralmente Carlos Dionicio Neve Martínez, nombre completo de este gran dibujante nacido en Xalapa, Veracruz, en una fecha incierta (se dice que en1894-1895, o en 1890, indistintamente).

    Como todo artista olvidado, sus primeros pasos se pierden o a veces se mitifican. Según el crítico Xavier Moysen, Neve publicó sus primeros trabajos en El Demócrata, mientras que Mercurio López señala que comenzó en laRevista Azul, y más tarde en la revista Multicolor, aunque también dice que el poeta Salvador Díaz Mirón, su paisano, se encargó de conseguirle trabajo en El Imparcial.
    Hace unos meses encontré en el acervo del Museo de la Caricatura seis cartones firmados por Canta, uno de ellos publicado en la revista Moheno, editada en 1913. Gracias a unas caricaturas de la bailarina argentina Antonia Mercé, que ilustran un poema de Efrén Rebolledo, encontré la clave para entender que ese seudónimo corresponde a Neve, como lo da a conocer la revista Pegaso en unas caricaturas que Canta (Neve), realizó.
    Esto viene a responder, sin duda, un cuestionamiento realizado por el maestro Moysen quien escribió, en 1984: "Rafael Carrasco Puente y Santiago R. De la Vega, sin mayor análisis de los dibujos vieron en el artista a un caricaturista."
    Ambos autores tenían razón respecto a los monos hechos por Neve en la revista Moheno que se publicaron entre 1913 y 1914. De hecho, en el único ejemplar que conozco, el número 4, todas las caricaturas son de Neve. (Cabe aclarar que este seudónimo también se le ha atribuido al dibujante López Ayala, pero los trazos del dibujo y la firma de Neve y de Canta son muy semejantes, además del rostro femenino, al que siempre le dibuja una nariz muy parecida.)
    Existe otra revista de la época llamada Caricaturas, de 1914, donde las caricaturas también son de Canta. El director de la revista es Ignacio Baeza, el mismo de Moheno, lo que hace suponer que es una continuación de ésta.
    No son, por cierto, las únicas caricaturas realizadas por Neve, las hay en revistas como El Revolucionario; además, Neve realizó una historieta en el periódico El Universal llamada S M Segundo i, rey de Moscabía, con argumento de Hipólito Zendejas, otro de los personajes de quien urge una buena biografía.


    Desde los años veinte trabajó en El Universal y en El Ilustrado, así como en La Prensa y en la revista de la crom, así como en Vea. En los años cuarenta continuó haciendo cómics en las revistas editadas por Editorial Novaro, con títulos como Tesoros de cuentos clásicosLeyendas de AméricaEpopeya y otras que publicaba esa editorial.
    Otro aspecto importante de Neve fue su papel en la publicidad pues trabajó en la Casa Maxims, una de las primeras agencias de publicidad, pero ya desde 1913 había realizado anuncios para diversas revistas.
    En su libro Imágenes del deseo, Julieta Ortiz llama la atención sobre el trabajo de Neve en la primera portada a color de Revista de Revistas, así como el siguiente comentario: "El primer anuncio firmado por Neve que localicé data del 12 de enero de 1916 y se refiere a La Aurora del Pánuco." En la muestra del Museo de la Caricatura existen algunos ejemplos de su trabajo en la publicidad.
    Neve fue un estupendo ilustrador de más de treinta libros de autores tan disímbolos como Julio Sesto (La tórtola del Ajusco Azulejos), Heriberto Frías (Águila o Sol), Rosendo Salazar (Las pugnas de la gleba), La sombra, de Edgard Allan Poe y veinte etcéteras más.
    Neve obtuvo varios reconocimientos: la Medalla de Oro, en Alemania, y una condecoración en la Feria de Covadonga, por sus dibujos taurinos. Cinco dibujos de esta temática se pueden ver en el Museo de la Caricatura.
    Otra faceta de Neve, finalmente, fue la creación, en 1955, de seis murales para la Secretaría de la Defensa Nacional.
    Casi toda la caricatura y los dibujos publicados en la prensa escrita en el mundo se han perdido, por eso es importante la exposición que hoy podemos admirar: una muestra que recoge las imágenes dibujadas a partir de abril de 1919, cuando Carlos Neve comenzó a ilustrar las crónicas de Miguel Necoechea, uno de los grandes reporteros de nota roja en el periódico El DemócrataDiario Constitucionalista, hasta que éste desapareció.
    Los hermosos trazos que Neve realizó en este periódico, del cual llegó a ser jefe del departamento de dibujo, dejan constancia de un país de horror; son trazos en línea —con maravillosos claroscuros—, compuesta por infinidad de detalles y en estilo art nouveau.
    Ese medio centenar de piezas originales que hoy se exhiben fueron resguardadas, con la anuencia de Neve, por su ayudante, Carlos Alberto Salinas. Su hijo, Carlos Salinas Saucedo, director de eventos especiales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), los retomó, enmarcó y entregó en custodia a la propia universidad.
    Al igual que el trabajo realizado por José Guadalupe Posada, quien hizo de la nota roja toda una galería de dibujos geniales, Neve, en otro estilo, realizó líneas excepcionales, obras bajo la influencia del art nouveau, pero que también acusan los trazos de la caricatura de la revolución, o de las figuras grotescas de José Clemente Orozco, así como de las imágenes publicadas en revistas como Multicolor Ojo parado.
    El art nouveau, definido como "un microbio patógeno dentro del arte decorativo" se convirtió, en el lápiz de Neve, en un microbio que se propagó en un mundo de horrores y miseria. Su obra juega con una línea muy fina, de gran calidad.
    Un importante crítico, Xavier Moysen, calificó a Neve como uno de los grandes maestros del dibujo pues sus dibujos mantienen un discurso visual impresionante, de una gran expresividad. Hermanado con Julio Ruelas, pero sobre todo con Roberto Montenegro, Neve tiene un estilo propio donde destacan, al detalle, los elementos apocalípticos de ese México que se niega a desaparecer.


    http://www.jornada.unam.mx/2006/03/19/sem-carlos.html

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