La revista Relatos e historias en México, donde colaboro mes con mes, me publicó un texto llamado La comedia humana de Gabriel Vargas, en diciembre de 2011. En la parte final de la revista, existe una sección llamada Cartografía humana, que cuenta la historia de los personajes que dan nombre a las calles de las diversas partes del país.
En esa ocasión, con motivo de mi texto dedicado a Vargas, se publicaron dos cartografías escritas por mi: El callejón del Cuajo y Carlos Finlay, la calle donde pasó sus últimos años don Gabriel. (Por cierto que esta nota fue el preámbulo para poner una placa a las afueras de la casa del maestro y que tuve el gusto de coordinar)
Portada del suplemento La Jornada Semanal del 10 de mayo de 1998, dedicado al historietista Gabriel VargasFoto Collage Marga Peña
Hugo Gutiérrez Vega
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de mayo de 2010, p. 8
Miércoles 26 de mayo de 2010, p. 8
a Carlos Monsiváis en su chorrocientos cumpleaños
Forzada, sí, por lo inmisericorde y por los años de la tripa mala,maestra en al arte de ir tirando, santa señora del descuajaringue,
buscando la fortuna o, por lo menos, un magro desayuno,
tu vida y tu escenario comunal forman la desazón regocijada
de la diaria miseria y de su desastrosa escapatoria
(
aquí nos tocóy otras periclitadas transparencias).
Debías burlar la estricta vigilancia de las moralidades burronianas,
tan sin matices, ay, siempre tan planas
sin el aire gracioso de la imaginación.
Don Regino, ejemplar, tan apocado por propia voluntad,
censuraba tus planes, frenaba tu aventura, aunque sabía
que al final, una bondad profunda e involuntaria
negaba tu discurso malandrín, y hundía tus pasos
en las obligaciones solidarias.
Sucede igual a veces con la errática y siempre impredecible sociedad vecindaria.
Llamo en mi auxilio para encomiar tu vida y tus trabajos
al mismo Don Regino con todo su civismo conformista,
a Regino chico, Macuca y Foforito; a Wilson, el amigo del hombre, el compañero de sus estrecheces;
a Avelino Pilongano, destacado colega
(el Fonca de la santa Gamucita lavaba ajeno
para patrocinar sus odas inmortales,
más chipocludas, ay, lo reconozco con rencor enconado,
que éstas que usted, lector querido, tiene
ante esos sus oclayos soñadores);
al Tractor pretencioso
y a Chagoya, rijoso y vulgarón diputadazo,
tan parecido, ay, a los gobernadores
buscando los regresos del pasado.
A lo lejos, allá¡ en San Cirindango, Briagoberto Memelas y Juanón Teporochas
levantan las banderas del sistema,
mientras Dick Epifanio O’Connor y Audrey Petra Chagoya
lanzan los de apipizca rumbo al norte.
Esta ciudad desparramada y rota, tiene en usted, Borola,
la cumbre de la risa exasperada;
los chorromillonarios (veo a Cristeta, Boba Licona y al sofocado Pierre)
evitan que el encomio boroliano se vista de colores maniqueos.
Van más allá sus pasos, mi señora,
pues el humor más hondo cala y pinta
el turbio panorama que revela la aurora de Nonoalco.
la cumbre de la risa exasperada;
los chorromillonarios (veo a Cristeta, Boba Licona y al sofocado Pierre)
evitan que el encomio boroliano se vista de colores maniqueos.
Van más allá sus pasos, mi señora,
pues el humor más hondo cala y pinta
el turbio panorama que revela la aurora de Nonoalco.
El que esto canta ha visto sus cantares incrementar la producción del huevo,
tal lo hizo Sinfónico Fonseca, compositor de pro;
el que esto canta piensa en Satán Carroña y sus fracasos;
piensa, en fin, en la noche de noviembre y en esa vecindad
que ha renovado hambres, humillaciones y formas solidarias.
tal lo hizo Sinfónico Fonseca, compositor de pro;
el que esto canta piensa en Satán Carroña y sus fracasos;
piensa, en fin, en la noche de noviembre y en esa vecindad
que ha renovado hambres, humillaciones y formas solidarias.
Para acabar, regreso a usted, Borola, y pienso en don Gabriel y en su comedia humana.
Con humor candoroso y vengativo, ya casi derrotada la ilusión
nos aferramos a esta furris vidorria
tan poderosa, sí, que sigue y sigue a pesar de morirnos.
Sigue en esta ciudad, fuerte señora, pues pase lo que pase
la vecindad enorme, México-Tenochtitlan, seguirá en pie
y este su sueño ilustre seguirá bailoteando el Cuchichí.
Texto publicado en La Jornada Semanal, el 10 de mayo de 1998Con humor candoroso y vengativo, ya casi derrotada la ilusión
nos aferramos a esta furris vidorria
tan poderosa, sí, que sigue y sigue a pesar de morirnos.
Sigue en esta ciudad, fuerte señora, pues pase lo que pase
la vecindad enorme, México-Tenochtitlan, seguirá en pie
y este su sueño ilustre seguirá bailoteando el Cuchichí.