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domingo, 8 de febrero de 2015

Callejón del Cuajo

La revista Relatos e historias en México, donde colaboro mes con mes,  me publicó un texto llamado La comedia humana de Gabriel Vargas, en diciembre de 2011. En la parte final de la revista, existe una sección llamada Cartografía humana, que cuenta la historia de los personajes que dan nombre a las calles de las diversas partes del país.
En esa ocasión, con motivo de mi texto dedicado a Vargas, se publicaron dos cartografías escritas por mi: El callejón del Cuajo y  Carlos Finlay, la calle donde pasó sus últimos años don Gabriel. (Por cierto que esta nota fue el preámbulo para poner una placa a las afueras de la casa del maestro y que tuve el gusto de coordinar)

sábado, 7 de febrero de 2015

Gabriel Vargas. Una historia chopocluda, en EDUCAL


Gabriel Vargas 
Sánchez González, Agustín 
$ 86
$ 74
Precio exclusivo para Librería Virtual
Número de páginas: 64Peso: 225gr.
Tema: Artes (Diseño)Tamaño: 16.7cm. x 13.7cm. x 1cm.
Colección: Círculo de ArteISBN 9786074554991
Sinopsis
Gabriel Vargas Bernal, nació en la Capital vieijta, Toponimia de Tulancingo, una pequeña población del estado de Hidalgo: ahí estuvo pocos años, pues al morir su padre fue a vivir a la ciudad de México, exactamente en el corazón del país, en la calle de Moneda, a espaldas del Palacio Nacional.La historia y la vida pueden entenderse mejor con la historieta, con los rostros caricaturizados de una sociedad que logra salvar lo mejor de sí misma al mirarse en un espejo, al reírse y descubrir lo que es, sobre todo cuando el retrato ha sido dibujando durante casi ocho décadas por uno de los genios del arte mexicano, llamado Gabriel 

jueves, 5 de febrero de 2015

La prehistoria de la Familia Burrón

Un incunable.
     En 2010, la Secretaría de Cultura del GDF tiró sólo cincuenta ejemplares de este libro  que se ha convertido en una joya bibliográfica. Treinta ejemplares se regalaron en la presentación, me quedé con diez y diez la secretaría.
Si alguien lo ve por ahí, no deje de avisarme.




Mi historia chipocluda


Centenario de Gabriel Vargas

Centenario del nacimiento de Gabriel Vargas; creador de la Familia Burrón

Tras detectar desinterés por la obra del “cronista gráfico del siglo XX”, su esposa, decidió donar la totalidad del acervo del historietista, con los derechos de autor, a la editorial que se comprometió a difundir su obra

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No se prevén homenajes en el centenario del natalicio del historietista Gabriel Vargas (1915-2010), creador de la famosa Familia Burrón
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CIUDAD DE MÉXICO, 5 de febrero.- El caricaturista Gabriel Vargas Bernal (1915-2010), el famoso creador de La familia Burrón, historieta que fue leída por más de dos millones de personas semanalmente, llega al centenario de su natalicio, que se conmemora hoy, olvidado por las autoridades culturales; pero con el reconocimiento de sus colegas, quienes revaloran su legado.
El dibujante, quien nació en Tulancingo, Hidalgo, el 5 de febrero de 1915, es considerado el mejor cronista gráfico del siglo XX y su trabajo ha sido muy querido, pues en La familia Burrón recrea a través de sus míticos personajes la vida cotidiana del mexicano a partir de una vecindad ubicada en el Callejón del Cuajo.
Sin embargo, comenta en entrevista su viuda Guadalupe Appendini, la trayectoria del creador de Borola Tacuche y de Don Jilemón Metralla, los protagonistas de La familia Burrón, no es suficiente para las autoridades culturales, que no se han interesado por su acervo, por lo que ha decidido donar todo su legado, con sus respectivos derechos, a la editorial Porrúa.
Solamente Henoc de Santiago, el director del Museo del Estanquillo, le hizo un gran homenaje en junio de 2013, al que acudieron amigos y lectores recordando a Gabriel con mucho cariño”, recuerda la escritora. Hoy, el segundo piso del museo lleva el nombre de Gabriel Vargas, a petición del cronista Carlos Monsiváis, quien reconoció el gran valor de este dibujante.
La periodista explica que con la donación a Porrúa busca que “el legado deLa familia Burrón siga vigente, ya que es el único organismo que hasta el momento ha demostrado interés en preservar toda la obra y confío plenamente que esta labor permitirá que siempre se hable de él y de su gran trabajo”.
Confiesa con tristeza que no sabe qué tiene que hacer “un gran artista como lo fue el maestro para que sea reconocido por las autoridades culturales de este país, ya que éstas lo han olvidado absolutamente”.
Detalla, por ejemplo, que el Gobierno del Distrito Federal, a cargo de Miguel Ángel Mancera, no ha hecho nada para recordar a Gabriel Vargas. “Aunque espero que sepa de su existencia, por ser un personaje reconocido no sólo en la capital, sino en todo el país, donde la revista La familia Burrón se publicó durante más de 70 años. Quisiera, por lo menos, que accedan a que la calle Plaza Carlos Finlay, ubicada en la colonia Cuauhtémoc, donde vivió Gabriel durante 40 años, pueda llevar su nombre”.
Agrega que el historietista también ha sido olvidado en su natal Tulancingo. “Hasta el momento no se ha hecho nada por parte de las autoridades culturales. Sin embargo, Federico y Fernando Serrano Vargas, sobrinos del maestro, siguen insistiendo y han solicitado a la Asamblea Municipal que la calle de Echavarrí, donde nació Gabriel, lleve su nombre”.
Se espera que hoy se lleve a cabo una exposición de su trabajo en el Jardín La Floresta, de este municipio.
Appendini añade que también acudió al Conaculta para ofrecer el legado de don Gabriel Vargas y solicitó una cita con su titular, Rafael Tovar y de Teresa, pero que, a la fecha, no ha habido respuesta, lo que la hace pensar que tampoco les interesó.
Dice que es una lástima que lo que las autoridades de México desprecian, otros países lo quieran. Ejemplo de ello, indica, son las ofertas de dos empresas estadunidenses que querían comprar la obra de Vargas, lo que ella rechazó rotundamente, ya que don Gabriel no simpatizaba con los americanos.
“Al ver que a nadie le interesó el trabajo de mi esposo, decidí otorgarle a Porrúa el legado completo, ya que José Antonio Pérez Porrúa siempre ha sido un gran amigo y apoyo en todos sentidos, qué mejor que quede en México en esta empresa, para que se siga hablando de la obra”, concluye.
Quien fue compañera de vida del Premio Nacional de Ciencias y Artes adelanta que la editorial Porrúa le está organizando varios homenajes. Hoy, a las 12:00 horas, en la estación del Metro Salto del Agua se inaugurará una exposición con su obra. Y el 11 de febrero, a las 18:00 horas, se abrirá otra muestra en su honor en la sede de Porrúa (República de Argentina 15, Centro Histórico).
Además, la XXXVI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, que se realizará del 18 de febrero al 2 de marzo, ha programado conferencias-homenaje para recordarlo.

SIGUE VIVO

Olvidar a este gran caricaturista es como olvidar a un México fiestero, valiente y sentimental. Los mejores y únicos juguetes del niño Gabriel Vargas eran el lápiz y el papel, con los que sentía alegría y lo expresaba a través de sus dibujos.
Sólo terminó la educación básica. Apenas entró al primer año y lo pasaron al tercer grado. Era un niño lector que devoraba libros, gracias a que su mamá le inculcó ese amor por las letras. Antes de los diez años ya había leído El Quijote y muchos clásicos más.
“Los autores se mueren cuando dejan de tener lectores, en la medida que Gabriel Vargas siga teniendo lectores seguirá vivo y seguirá impactando en la sociedad”, opina el historiador de la caricatura Agustín Sánchez.
El investigador advierte que quienes desconocen el legado de este “gran cronista del siglo XX” son las instituciones que lo han olvidado “por negligencia, por ignorancia, pero este personaje está claramente en la mente de millones de mexicanos”.
Sobre la noticia de que Appendini cederá el legado del dibujante a editorial Porrúa, piensa que es bueno que una institución como esta custodie la obra de Vargas. “Pero sería mucho mejor que este sello hiciera una investigación, ya que si sólo se va a comercializar no le veo más que un factor económico”.
Reitera que urgen más investigaciones sobre la obra del maestro, ya que no existen estudios importantes. “Sólo hubo un libro que publicó la Universidad del Estado de Hidalgo y que hoy es difícil de ubicar, ya que esta universidad es la peor distribuidora que hay en el mundo”, dice el autor de Una historia chipocluda, en homenaje a Vargas.
“La intención de este libro es rescatar justamente la vida de este gigante de la cultura mexicana, que merece estar en la Rotonda de las Personas Ilustres, porque es un hombre que impactó de sobre manera a la sociedad mexicana y logró un tiraje de 500 mil ejemplares de La familia Burrón; y cada ejemplar lo leían cinco personas, o sea que captó la atención de más de dos millones y medio de personas que lo leían semanalmente”.
Quien también escribió La prehistoria de la familia Burrón explica que se debe distinguir entre la burocracia cultural, “cuya ineptitud se manifiesta permanentemente”, y el recuerdo de sus lectores, “ya que Gabriel Vargas es un hombre que tuvo más de cien millones de lectores en su momento”.
El también caricaturista dice que don Gabriel Vargas es un artista cuya longevidad es para el Récord Guinness, ya que comenzó a trabajar profesionalmente a los 15 años de edad y dejó de hacerlo a los 94, “casi 80 años de trabajo que lo hace el caricaturista más longevo”.
Apunta que el mejor homenaje que se le puede hacer al dibujante es realizar una exhaustiva investigación de todo su trabajo y promover más sobre su obra. “Se deben hacer impresiones de sus imágenes y regalarlas, para que las nuevas generaciones sepan quién fue”.
Un fenómeno cultural

Homenaje de Hugo Gutiérrez Vega

El día que presenté Gabriel Vargas. Una historia chipocluda, tuve la suerte y honor de que el gran poeta Hugo GUtérrez Vega presentara su Oda. Aquí se las dejo 

Oda a Borola Tacuche de Burrón
(Escrita en versículos chipocludos y dedicada a la Barda Chachis Pachis Palomeque)
Foto
Portada del suplemento La Jornada Semanal del 10 de mayo de 1998, dedicado al historietista Gabriel VargasFoto Collage Marga Peña
Hugo Gutiérrez Vega
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de mayo de 2010, p. 8
a Carlos Monsiváis en su chorrocientos cumpleaños
Forzada, sí, por lo inmisericorde y por los años de la tripa mala,
maestra en al arte de ir tirando, santa señora del descuajaringue,
buscando la fortuna o, por lo menos, un magro desayuno,
tu vida y tu escenario comunal forman la desazón regocijada
de la diaria miseria y de su desastrosa escapatoria
(aquí nos tocó y otras periclitadas transparencias).
Debías burlar la estricta vigilancia de las moralidades burronianas,
tan sin matices, ay, siempre tan planas
sin el aire gracioso de la imaginación.
Don Regino, ejemplar, tan apocado por propia voluntad,
censuraba tus planes, frenaba tu aventura, aunque sabía
que al final, una bondad profunda e involuntaria
negaba tu discurso malandrín, y hundía tus pasos
en las obligaciones solidarias.
Sucede igual a veces con la errática y siempre impredecible sociedad vecindaria.
Llamo en mi auxilio para encomiar tu vida y tus trabajos
al mismo Don Regino con todo su civismo conformista,
a Regino chico, Macuca y Foforito; a Wilson, el amigo del hombre, el compañero de sus estrecheces;
a Avelino Pilongano, destacado colega
(el Fonca de la santa Gamucita lavaba ajeno
para patrocinar sus odas inmortales,
más chipocludas, ay, lo reconozco con rencor enconado,
que éstas que usted, lector querido, tiene
ante esos sus oclayos soñadores);
al Tractor pretencioso
y a Chagoya, rijoso y vulgarón diputadazo,
tan parecido, ay, a los gobernadores
buscando los regresos del pasado.
A lo lejos, allá¡ en San Cirindango, Briagoberto Memelas y Juanón Teporochas
levantan las banderas del sistema,
mientras Dick Epifanio O’Connor y Audrey Petra Chagoya
lanzan los de apipizca rumbo al norte.
Esta ciudad desparramada y rota, tiene en usted, Borola,
la cumbre de la risa exasperada;
los chorromillonarios (veo a Cristeta, Boba Licona y al sofocado Pierre)
evitan que el encomio boroliano se vista de colores maniqueos.
Van más allá sus pasos, mi señora,
pues el humor más hondo cala y pinta
el turbio panorama que revela la aurora de Nonoalco.
El que esto canta ha visto sus cantares incrementar la producción del huevo,
tal lo hizo Sinfónico Fonseca, compositor de pro;
el que esto canta piensa en Satán Carroña y sus fracasos;
piensa, en fin, en la noche de noviembre y en esa vecindad
que ha renovado hambres, humillaciones y formas solidarias.
Para acabar, regreso a usted, Borola, y pienso en don Gabriel y en su comedia humana.
Con humor candoroso y vengativo, ya casi derrotada la ilusión
nos aferramos a esta furris vidorria
tan poderosa, sí, que sigue y sigue a pesar de morirnos.
Sigue en esta ciudad, fuerte señora, pues pase lo que pase
la vecindad enorme, México-Tenochtitlan, seguirá en pie
y este su sueño ilustre seguirá bailoteando el Cuchichí.
Texto publicado en La Jornada Semanal, el 10 de mayo de 1998

La Familia Burrón en google

El homenaje de Google  a La Familia Burrón



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