Abre exposición el CaSa de Etla, Oaxaca
Toledo y Posada fascinan al espectador
El pintor dedica una carpeta con cuatro grabados al artista aguascalentense
Incluye un poema de Francisco Hernández
Uno de los cuatro grabados que Francisco Toledo creó ex profeso para rendir homenaje a José Guadalupe Posada (1852-1913), en la exposición que mañana será inaugurada en el Centro de las Artes de San Agustín, en Etla, Oaxaca. El artista utilizó las técnicas de punta seca, aguafuerte, aguatinta y azúcar
Ana Mónica Rodríguez
Periódico La Jornada
Viernes 1º de agosto de 2014, p. 3
Viernes 1º de agosto de 2014, p. 3
Este sábado 2 de agosto al mediodía, en el Centro de las Artes (CaSa) de San Agustín Etla, Oaxaca, el maestro Francisco Toledo presentará su trabajo artístico más reciente: una carpeta de grabados dedicada a uno de sus creadores favoritos: José Guadalupe Posada (1852-1913).
Personajes extraídos de los grabados de Posada, en manos de Toledo, parecen convidar a una tremenda comparsa en la que calacas y cabalgaduras del fin del mundo, criaturas que son mitad personas y mitad bestias del mal, acuden a visitar a sus primos hermanos del campo –sapos, vacas, monos y serpientes– para prestarles su atuendo de huesos, incitándolos a que, por hoy, dejen colgados sus pellejos en un tendedero.
Así lo recrea el escritor Jaime Moreno Villarreal a propósito de la presentación de la carpeta y de la inauguración de la exposición de obra gráfica montada por Toledo en homenaje a José Guadalupe Posada.
La muestra, que será abierta en el CaSa, fundado por Toledo, consta de la exhibición de grabados originales, cuatro placas de los grabados y 23 pruebas de estado, además de un poema de Francisco Hernández.
Desbordarse hacia lo incógnito
En el texto titulado ¡¡Suceso nunca visto!! Moreno Villarreal, subraya:
Como sabemos, Toledo es un artista en mutación continua, cuya pauta es el desvío de toda expectativa que intente fijarlo, y que desborda todo formalismo hacia lo incógnito.
De tal forma,
en la serie de cuatro grabados de Homenaje a Posada, a 100 años de su fallecimiento, ha procedido, mediante un juego de apropiaciones y metamorfosis, a componer un ¡¡Suceso nunca visto!!, como los que anunciaba Vanegas Arroyo.
Se trata, prosigue Jaime Moreno Villarreal, del encuentro de dos poderosas mentes que imaginan, distanciadas por un siglo pero unidas en este instante: el instante que Toledo ha trabajado y re-trabajado tenazmente en sus placas y pruebas de impresión, un instante compartido con Posada para el ojo del espectador que mira y se queda mirando, fascinado, el enorme tiempo suspendido en cada uno de estos grabados.
El escritor, que presenta esa muestra, rememora: “A los niños voceadores de periódicos se les llamaba ‘papeleritos’, al editor ‘publicista’, a los periodistas ‘habladores’, a los versificadores ‘compositores’. Y ‘componer una página’ significaba tanto ilustrarla con atractivos grabados que atrajeran al comprador curioso, como ajustar tipográficamente gruesos encabezados sensacionalistas y textos de noticias asombrosas”.
Así, “las estanquilleras atendían los estanquillos en donde ofrecían periódicos y hojas volantes que anunciaban, entre otros, un
¡¡Suceso nunca visto!!
Además “de cuentos, comedias, canciones y tragedias, el editor e impresor Antonio Vanegas Arroyo ponía a la venta blocs y cuadernos para los estudiantes. El papel lo mercaba en la fábrica de San Rafael, la tinta en la Casa Braniff. Trabajaban con él redactores, cajistas, prensistas, criados y un grabador ‘tan listo, especial en calaveras’, José Guadalupe Posada”.
De la estridencia a la belleza
De esta forma existían
obras impresas para circular de inmediato en la calle y leerse en la esquina, o en compañía y en voz alta en la casa o el taller, para ganarle a los periódicos la noticia, para cantar y memorizar canciones y corridos de moda, para rezarle a la santísima imagen en ellas estampada, o hacerse partícipes del rumor del momento, esas hojas volantes, librillos, avisos y pliegos documentan una historia de la literatura popular en México, que se cruza con esa peculiar visualidad, que se quiere vernácula, de lo terrible que es muy jocoso pero a veces es nomás horrorosísimo.
En la ficha técnica se explica que
en esta exposición se entenderán el principio y el infinito de un grabado, un proceso poco compartido, no por ello poco interesante, ya que se aprecia desde la primera línea, hasta el final.
En ella, Francisco Toledo “toma el metal como herramienta de su pensamiento, trabaja en él, hasta crear el intenso sentimiento del día a día. La estridencia entra para llegar a la paciencia y así obtener la belleza para ver la paz. Aquí se presentan cuatro placas de la carpeta Homenaje a Posada, cada una de ellas grabadas por Toledo, esto también representa el vínculo de dos grandes grabadores”.
En la exposición se observa el proceso y se define técnicamente como pruebas de estado, en esta ocasión se trabajó punta seca, aguafuerte, aguatinta y azúcar.
Durante el proceso de elaboración las piezas se fueron transformando, tomaron distintas tonalidades, se rascó para borrar, se puso más línea, que cambió los personajes y objetos hasta llegar a lo que hoy conforma la carpeta.
Lo recaudado con la venta de la carpeta se destinará a un proyecto de capacitación en los talleres artesanales de Aguascalientes, desarrollado por el CaSa y ese estado, informó Lourdes Báez, directora del Centro de Artes de San Agustín.
En la presentación de ese trabajo y de la exposición que se efectuará este sábado 2 de agosto, a las 12 horas, participarán Jaime Moreno Villarreal, el poeta Francisco Hernández y Blanca Rivera del Río, presidenta del DIF estatal de Aguascalientes.
El CaSa se ubica en Independencia s/n, Barrio de Vista Hermosa, San Agustín Etla, Oaxaca.